Lo que viene para el deporte

EFE | LA PATRIA

Pasaron 120 años para que los Juegos Olímpicos hicieran su primera parada en Sudamérica, donde Río de Janeiro actuará de anfitrión en agosto.

Sudamérica se incorpora al mapa olímpico con unos Juegos que poco tendrán que ver con sus predecesores, los de Pekín 2008 y Londres 2012. Para empezar, la fisonomía de Río de Janeiro impondrá su ley y obligará a repartir los estadios por cuatro zonas, distantes entre sí: Barra, Deodoro, Maracaná y Copacabana.

El Parque Olímpico estará en Barra de Tijuca, pero por primera vez desde los juegos de Atlanta en 1996 sus instalaciones no incluyen el estadio más importante, el Olímpico de atletismo, que está próximo a Maracaná, donde a su vez se celebrarán las ceremonias de apertura y clausura.

A la lista de míticos escenarios mundiales que ya han sido olímpicos, como el río Sena, la Gran Muralla o la hierba de Wimbledon, se unirán este verano el propio Maracaná, la playa de Copacabana (voley) o el Sambódromo (tiro con arco y llegada del maratón).

Con lo justo

Con un presupuesto de 1.900 millones de dólares que debió recortarse en 520, el comité organizador intentará presentar unos Juegos "más que decentes", pero inevitablemente austeros. Solo la ceremonia de inauguración costará 10 veces menos que la de Londres 2012, un déficit que los brasileños intentarán compensar con su "creatividad", dicen los responsables.

Algo antes de los Juegos, la Eurocopa de fútbol congregará del 10 de junio al 10 de julio en Francia a 24 selecciones -más que nunca- en busca de un título continental que en 2008 y 2012 ganó España.

Al otro lado del Atlántico está Copa América tras la disputada en 2015 en Chile. Pero la conmemoración del centenario de aquella primera edición celebrada en Argentina en 1916 llevó a la Conmebol y la Concafaf a convocar una edición especial, que se jugará en Estados Unidos del 3 al 26 de junio.