Nairo Quintana tiene otro don: el de la prudencia. Así como mide sus esfuerzos en las cuestas para no pagar el precio más arriba o calcula al milímetro en los descensos, siempre sin dejar de arriesgar, sabe dónde debe pisar para avanzar en los caminos que ahora se abren en su vida.
Por eso, sabe cuánto tiene y cuánto le falta para llegar a pisar algún día ese peldaño sagrado, el de rey del Tour, en que se paró el británico Chris Froome en los Campos Elíseos el inolvidable domingo 21 de julio último. El boyacense aspira a llegar allí en un par de años.
Así, sin secretos, Nairo pone en limpio las tareas que le esperan: una, mejorar en la contrarreloj individual en terreno llano, eso sí, consciente de las limitaciones que significan su peso y estatura, aunque recuerda que esa especialidad “no se me da mal”. Y dos, seguir fiel a las líneas que a diario le traza su técnico José Luis Arrieta, a quien no deja de elogiar.
Desde España, de cara a una temporada que sigue ahora por carreteras del norte del país (San Sebastián y Burgos), Nairo habló para Colprensa en pasado, presente y futuro de sus desafíos, esa carrera sin pausa en la que no solo cosecha éxitos sino sueños cumplidos.
- ¿Qué aprendió en Colombia y qué en Europa para obtener los extraordinarios resultados que cosechó en el Tour de Francia?
En Colombia aprendí a montar en bicicleta, a aficionarme a este deporte, a dar mis primeros pasos, sin imaginarme a dónde iba a llegar. En Europa estoy especializándome.
- También en el ciclismo son dos mundos muy distintos…
La manera de correr es totalmente diferente. En Colombia todo el mundo espera a la subida y allí se anda muy rápido. En Europa hay mucha más selectividad. Cada corredor tiene una función: el esprínter, el gregario, el escalador…
- ¿El cambio le ha costado mucho?
Al principio sí, pero al final pude adaptarme. Pese a que me está yendo bien, soy muy joven y todavía estoy aprendiendo. Me queda mucho aún.
- Nairo, usted no vio correr a algunos de ellos, pero, ¿qué cree que tiene o le gustaría tener de Martín Emilio 'Cochise' Rodríguez, Rafael Antonio Niño, Lucho Herrera, en el ámbito nacional, y de Bernard Hinault, Eddy Merckx y ‘Perico’ Delgado, o de otros estelares del ciclismo internacional?
No les vi competir, sólo los conozco por vídeos. Para mí es un gran orgullo estar en la senda de esos grandes campeones, pero todos somos diferentes. No me aficioné al ciclismo por tener un ídolo sino porque me gustaba mucho montar en bicicleta y mi padre vio que podía tener condiciones.
- Usted ha sido muy elogioso con su técnico, José Luis Arrieta…
Ha sido el mejor director que he tenido. Sabe mucho y además no hay nadie mejor que él para transmitir esos conocimientos a los ciclistas que tiene a su cargo. Aprendo de él cada día, le debo mucho.
- ¿A qué atribuye esas potencialidades de su técnico?
Fue un gran corredor profesional hasta hace tres años y eso hace que conozca todos los detalles de este deporte. Además, es un gran estratega y sabe sacarle a uno el máximo en la carrera, aparte de motivarlo a cada momento.
- ¿Cómo funciona esa relación entre ustedes dos?
Siempre ha confiado mucho en mí; por eso, cuando tocó darme la responsabilidad del equipo en este Tour, no lo dudó ni un momento.
- Nairo, ahora las cosas serán a otro precio. Ya dejó de ser sorpresa. Todos los ojos estarán puestos sobre usted. Le va a tocar atacar para tomar diferencias. ¿Qué piensa del hecho de que ya lo consideren favorito para ganar el próximo Tour de Francia?
Es verdad que he sido segundo en mi primer Tour, pero eso no quiere decir que vaya a ganarlo ya. Hay que saber que ganar la carrera más importante del mundo es muy difícil, y muy pocos lo consiguen.
- Habrá que esperar…
Creo que puedo optar a la victoria dentro de dos años, pero aún tengo que mejorar mucho.
- ¿En qué aspectos en particular?
No sólo en la contrarreloj, sino también en madurez, en recuperarme de los esfuerzos…
- ¿Quién será ahora el líder del equipo: usted o Alejandro Valverde?
Con Alejandro no hay ningún problema, porque es un gran campeón, una de mis referencias, y un gran amigo y compañero. Eso lo tendrán que decidir los técnicos del equipo.
- ¿Cuál es el punto de equilibrio perfecto que busca Nairo? Usted es un buen escalador y baja muy bien. ¿Cómo suplir, por ejemplo, la debilidad que puede significar la contrarreloj por equipos?
La contrarreloj por equipos no me preocupa, porque creo que somos uno de los mejores del mundo. Ahí están los últimos resultados. En la pasada Vuelta a España conseguimos la victoria, en el Mundial acabamos quintos y en la pasada contrarreloj del Tour no estuvimos más adelante, porque era totalmente llana. Además no creo que sea clave para ganar la carrera.
- Y hay expertos que dicen que en la contrarreloj individual le afectarían su poco peso y estatura…
Es claro que en la contrarreloj llana es donde debo mejorar, pero nunca voy a poder registrar los tiempos de los grandes rodadores con mucho más peso. Por una razón: ellos pueden mover relaciones que a mí no me resultan posibles.
- Pero tampoco es que las cosas no le funcionen ahí, en esa especialidad…
Estoy seguro de que puedo progresar, porque es una especialidad que nunca se me ha dado mal. En sub-23 fui campeón nacional y este año en la Vuelta al País Vasco sólo me ganó el campeón del mundo, Tony Martin.
- Entonces…
Pues tengo que mejorar en todos los aspectos. Aún soy muy joven, apenas 23 años, y estoy todavía en formación. Eso sí, hay que mantener los pies en la tierra.
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