En ese partido, por fortuna, el médico Carlos Alberto Osorio estaba en el banco de suplentes. De no ser por su reacción, un joven jugador habría muerto en el campo de juego.
Corría octubre del 2007 y en la enfangada cancha Auxiliar jugaban Real Pensilvania y Once Caldas, por la octava fecha del todos contra todos de la Copa LA PATRIA.
En un balón dividido, dos jugadores fueron al choque, y el pensilvanense llevó la peor parte. El deportista cayó y entró en convulsión. Se iba. "Corrí y le di los primeros auxilios. Fue un choque contra otro jugador, pero por fortuna se le pudo dar asistencia médica", recuerda el galeno al servicio del Once Caldas.
La anécdota cobra vigencia ahora, cuando las muertes en las canchas han teñido de luto al fútbol. En aquella ocasión, el joven corrió con suerte. "De ahí la importancia de que en cualquier torneo haya, al menos, un paramédico para cualquier emergencia", dice Osorio.
El centrocampista italiano Piermario Morosini, del Livorno, se convirtió en la más reciente víctima de la larga lista de jugadores que han perdido la vida mientras disputaban un partido o se entrenaban.
El fútbol es deporte de masas, seguido y practicado por multitudes. Desde un profesional hasta un aficionado se exige al máximo en una cancha. Allí, muchas veces, el organismo puede fallar.
No estamos preparados
La pregunta que cabe es si en el fútbol profesional, con toda la organización que este conlleva, se están presentando cada vez más muertes de lo normal ¿qué puede esperarse de esos torneos en los que ni camilleros hay?
Al año, en Manizales, se realizan entre 15 y 20 torneos de fútbol. En ninguno de estos se dan las garantías para cuando un jugador con alguna complicación, tenga, al menos, atención oportuna.
Guillermo Arias, director ejecutivo de la Liga Caldense de Fútbol, es claro en afirmar que ningún torneo cuenta con algún paramédico. "Ni camilleros hay en las canchas. Los torneos no hacen esto porque les incrementaría los gastos", comenta Arias, que asegura que lo ideal sería que en esos campeonatos hubiera alguien que conociera de primeros auxilios.
La última muerte de un jugador aficionado que se tenga noticia en la región fue el 2 de agosto del 2008. Luis Enrique Botero Cardona falleció en plena cancha del Centro Vacacional La Rochela. El jugador del equipo Pizza de Prisa cayó en pleno partido de un paro cardíaco.
Antes, el 8 de octubre del 2005, Edilberto 'Chispas' Cárdenas, quien en el pasado brilló en el fútbol profesional con el Once Caldas, también murió cuando jugaba un torneo de jubilados de su empresa. El hombre cayó de un infarto fulminante en el Polideportivo de Aranjuez.
Y en el 2007, Jhon Jairo Torres, más conocido como 'El Rolo', también corrió con la misma suerte y murió haciendo lo que más disfrutaba: jugar fútbol. El jugador de Bolo Club La Sultana, quien fue uno de los mejores arqueros caldenses hace dos décadas, paró un balón en el pecho y cuando iba a rematar, se desplomó sobre la grama de la cancha de Villa Beatriz. "Aunque él siempre tapó, esa vez quiso meterse al medio campo, porque también jugaba bien ahí”, dice Juano, amigo cercano de 'El Rolo'. Recuerda que aunque trataron de darle asistencia llevándolo al centro de atención de La Rochela, poco pudieron hacer. "Además la ambulancia tardó mucho", dice.
Como en todas las muertes de los jugadores, no había indicios, ni complicaciones. Los tomó por sorpresa.
No hay cuidado
La otra pregunta surge en si estas muertes se están dando en futbolistas preparados físicamente y que a diario están detrás de un balón, ¿qué esperar de 'jugadores' que van a la cancha cada ocho días y muchas veces lo hacen después de una noche de rumba?
"Muchas personas son irresponsables y juegan sin la preparación ideal. Uno sabe y conoce que a los torneos llegan enguayabados, con tufo, y no les importa ir a La Rochela a jugar bajo ese calor después de un trasnocho del día anterior", agrega Arias.
Esta afirmación la corrobora el médico cardiólogo Mauricio Pineda. Según el especialista, "el guayabo en el campo cardiovascular es un estado de deshidratación en el que se puede subir la presión arterial, lo que lleva a eventos vasculares como el taponamiento de arterias del cerebro".
El peligro aumenta cuando ya no se tiene una edad óptima para esforzarse. En los torneos de veteranos, que son varios en la región, tampoco existen médicos que puedan atender una eventual emergencia.
"No recuerdo que acá haya fallecido algún jugador", dice Julio Cardozo, del torneo de veteranos del Inem, uno de los campeonatos en los que juegan personas de avanzada edad.
Para varios organizadores de torneos de fútbol de la ciudad, lo mejor sería tener personas que pudieran atender alguna emergencia.
Sin embargo, para Guillermo Arias, "sería un buen ejercicio comenzar a echar números. A una persona de estas se le podría pagar 100 mil pesos por la fecha, es decir, que esté los cuatro partidos un domingo. Que cada equipo ponga 10 mil pesos", explica Arias, que dice que en el único torneo que se tiene Cruz Roja y camilleros es en la Copa LA PATRIA.
El Congreso Médico de la FIFA, que concluyó hace una semana en Budapest, paralelo al Congreso anual de la FIFA, hizo un anuncio preocupante.
Los expertos médicos informaron a la agencia Efe que en los últimos cinco años han contabilizado en el mundo la muerte por problemas cardíacos de 84 jugadores de fútbol mientras disputaban un partido o se entrenaban. Según el informe, la media de edad de los futbolistas afectados era de 24,9 años y hasta ahora solo 19 federaciones nacionales tenían un registro médico sobre este tipo de fallecimientos, por lo que esta cifra no indica el número de todos los futbolistas afectados, sino solo aquellos casos que han sido contabilizados.
Aficionados, con más riesgo
"84 casos de muerte súbita no es un resultado alarmante en relación a la población que practica fútbol, y si se compararan la media de muertes entre la población por este tipo de problemas cardíacos a los 300 millones de personas que practican fútbol se registrarían unas 1.500 muertes anuales", sostuvo a Efe, Jiri Dvorak, jefe médico de la FIFA y presidente de su Centro de Evaluación e Investigación Médica.
Es por ello que el deporte sirve para "hacernos conscientes del elevado número de personas anónimas que pueden estar muriendo porque desconocen algunas patologías que les afectan".
La misma reflexión se hace el médico y cardiólogo argentino Norberto Debbag, socio honorífico de la Asociación Española contra la Muerte Súbita y quien expresó a LA PATRIA -vía mail- sus impresiones.
Muchas personas que juegan torneos de fútbol aficionado en Manizales laboran toda la semana y no tienen una práctica regular de ejercicios lo que, según Debbag, los hace más vulnerables. “Es la población con más riesgo de sufrir de muerte súbita, porque en general tiene algún factor de riesgo como hipertensión arterial, diabetes, colesterol HDL alto, entre otras”.
Complementa que en su mayoría tienen más de 35 años, edad en que la enfermedad coronaria comienza y que por lo general no están entrenados ni llevan un control médico regular.
Lo más lamentable, según Debbag, es que de estos casos es difícil enterarse, por eso es raro encontrar estadísticas. También hace hincapié en que esto le puede suceder a cualquiera, pero es más frecuente si hay antecedentes familiares de muerte súbita. No obstante, “en los menores de 35 años el 80%-85% es de causa cardíaca genética, miocardiopatía hipertrófica (las paredes del corazón se van engrosando).
Según Debbag, hay otras causas que le impiden al jugador, sea aficionado o profesional, estar al ciento por ciento en su nivel. "No se sugiere ninguna bebida energizante, muchas de ellas contienen cafeína y es un estimulante que aumenta la frecuencia cardíaca, lo mantiene eufórico, algunos son mas sensibles y les puede producir taquicardia con posibles consecuencias”.
Otra situación que desencadena serios problemas en los jugadores es la falta de una rutina de ejercicios. Al respecto Debbag afirma que se debe ejercitar por lo menos tres veces a la semana y con una rutina realizada por profesores de educación física, caso contrario no hay acondicionamiento osteomusculoarticular ni cardiovascular.
Prevención
Según el informe de la FIFA, la muerte súbita como la que sufrieron el exsevillista Antonio Puerta o el camerunés Marc Vivien Foe también se reduce con exhaustivos controles médicos a los futbolistas antes de cada torneo, aunque eso tampoco elimina del todo el riesgo.
En el Once Caldas se ha venido trabajando para prevenir la muerte en las canchas. Desde hace año y medio, el médico Carlos Alberto Osorio ha contado con el apoyo del cardiólogo Mauricio Pineda para evaluar el estado del corazón.
Según Osorio, cada mes se les practica una evaluación minuciosa, lo que se pudo constatar el pasado miércoles. “Se les hace el examen médico de rutina e incluye medición de índice de masa corporal, perfil lipídico, glicemia, hemoglobina, parciales de orina, electrocardiograma y análisis antropométricos”, comenta el galeno, que lleva toda su vida dedicada a la medicina deportiva.
Dos de los primeros jugadores del Once a quienes se les realizaron estas pruebas cardiológicas fueron Jamel Ramos y Luis Carlos Murillo. Este examen incluye electro y ecocardiograma en los que se pudo constatar que están en excelentes condiciones cardiológicas y que no les encuentra riesgo de padecer muerte súbita.
“Con el ánimo de evitar la muerte súbita en los deportistas, a los del Once cada año les hacemos chequeo y valoramos sobre todo a los nuevos y vamos viendo si hay un problema o no. También tenemos en cuenta los antecedentes familiares que son muy importantes”, aclara Osorio.
Según Pineda, la gente cree que porque hace deporte no sufre del corazón, cosa que es errónea, por eso recomienda que todo deportista, así no sea profesional, se practique una valoración cardiológica, aunque aclara que lo que se hace con el equipo 'Blanco' no se podría hacer en general porque los costos son bastante elevados.
Para el cardiólogo una persona que arranque a hacer deporte a los 40 años o que tenga algún síntoma haciendo deporte debería ir a un chequeo con el internista o el cardiólogo, para evaluar con un electrocardiograma o una prueba de esfuerzo.
Cardiopatía
Entonces cabe la pregunta, ¿una persona con cardiopatía hipertrófica, que es la primera causa por muerte súbita, tiene más riesgo si es deportista? "Si un paciente con una cardiopatía hipertrófica está sentado en una oficina, tal vez no le pase nada, pero si está jugando un partido de 90 minutos el corazón se excede, el potasio y el magnesio se bajan y eso hace que estos problemas se manifiesten", contesta Pineda.
Agrega que el problema está ahí, por ser genético. Es el mismo caso de algunos estudiantes de colegio que han fallecido después de una clase de educación física, pero que al parecer se desconocía que tenían esta enfermedad.
Así, los facultativos de la FIFA también indicaron que a medida que avancen los estudios tratarán de indagar en el factor genético de este tipo de dolencias, ya que puede ser una clave en la prevención de posibles muertes.
Para el cardiólogo Pineda, un tercio de los deportistas de alto rendimiento fallecen porque las paredes del corazón son muy gruesas, “hay un límite muy indefinido que en una persona regular mide 9 milímetros; sin embargo, en un deportista puede llegar a medir 13 milímetros, pero si pasa de 15 algo no está bien”.
Explica que los jugadores logran a través del deporte hipertrofiar estas paredes para que el corazón sea más eficiente.
Podría salvar la vida
Un gran problema relacionado con las muertes súbitas es que solo en el 55% de los partidos de fútbol a escala global hay un desfibrilador, número que en el caso de los entrenamientos se reduce al 28%, según los datos de la FIFA.
"Tener un desfibrilador en cada campo es cuestión de vida o muerte", resaltó a la agencia Efe el presidente de la Comisión Médica de la FIFA, Michel D'Hooghe, quien anunció que pedirá al Comité Ejecutivo que la presencia de estos artefactos sea obligatoria en todos los terrenos de juego.
El reciente caso de Fabrice Muamba, el centrocampista de los Bolton Wanderers, que sufrió un paro cardíaco durante un partido de Copa de Inglaterra, es un ejemplo de la necesidad de contar con desfibriladores en todos los estadios, explicó D'Hooghe.
Este recurso sería el ideal para todas las canchas donde se juega fútbol aficionado, recomienda el cardiólogo Pineda, quien asegura que los 10 primeros minutos después de que un jugador sufre un colapso hacen la diferencia entre la vida y la muerte.
“Cuando la persona pierde el conocimiento se le conecta el desfibrilador y es el aparato el que lee, hace la descarga y da las recomendaciones para continuar atendiendo al paciente, mientras los paramédicos vienen en camino”, explica Pineda. Y agrega: "después de que el jugador o el paciente cae por una arritmia letal tenemos 10 minutos para sacarlo , porque cada minuto se pierde un 10% de posibilidad”.
Que un jugador muera en la cancha es difícil evitarlo, pero cada vez se están tomando más medidas para que la lista de fallecidos en un terreno de juego, sea menor.
El dato
Antonio De Nigris, mexicano que jugó para el Once Caldas en el 2004 - 2005, murió cuando actuaba en el fútbol de Grecia. De Nigris falleció a causa de un problema cardíaco cuando se encontraba concentrado en su hotel previo a una fecha del fútbol de ese país.
* Textos: Blanca Eugenia Giraldo, Ricardo López y Ricardo Patiño.
Mensaje para los profesionales de la salud
El cardiólogo y deportólogo Norberto Debbag responde otras inquietudes sobre la atención que se da en estos casos
- ¿Están preparados los médicos para atender estas urgencias?
Diría por lo que se ve en televisión, que en algunas situaciones, no se tratan en el campo de juego a los protagonistas con lo básico, y en la distancia uno puede observar que no se actúa rápidamente o no se aplican las normas establecidas para cada patología. Doy un ejemplo: traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento: no se debe mover al jugador, colocarle un cuello cervical para inmovilizar la columna, ponerlo en una tabla rígida y trasladar. Hace poco vimos todo lo contrario, cómo se lo carga en una ambulancia y se lo lleva, el final fue bueno, pero puede terminar un paciente cuadriplejico o en un paro cardíaco si se tarda en reanimarlo, como en otras oportunidades es correcto
- ¿Qué sugiere?
Que tanto los deportistas, como auxiliares, médicos, deben realizar una vez al año el curso de reanimación cardíaca básico, debe haber cardiodesfibriladores y ambulancias con equipamiento en los campos de juego y siempre actuar rápidamente. Por lo observado la prevención médica le interesa a muy pocos en el mundo, es poco redituable y cuando sucede alguna desgracia los medios hablan durante 2 ó 3 días y se terminó, en lugar de hacer programas que expliquen y concienticen a deportistas, dirigentes, etc.
- ¿Cuáles serían las recomendaciones para este tipo de jugadores?
Tener conciencia que siempre deben tener controles médicos de rutina, clínico-cardiológico, por lo menos una vez al año.
- En nuestra ciudad los torneos de aficionados carecen del apoyo de un médico o de los organismos de socorro ¿Qué aconseja a los jugadores cuando se da una situación de estas en el campo?
Siempre debe haber personas idóneas en un partido para evaluar un accidente y tratar, pero de no ser posible se sugiere: realizar curso de primeros auxilios que incluya reanimación cardiopulmonar (masaje cardíaco), porque de esta manera se puede salvar una vida hasta que llegue una ambulancia.
"Yo estuve en la muerte de Foe"
Trascurría el minuto 28 del segundo tiempo del partido entre Camerún y Colombia por la semifinal de la Copa Confederaciones y de repente el árbitro paró el encuentro. Marc Vivien Foe se desvaneció en la mitad del campo y blanqueó sus ojos. Un ataque cardíaco se llevó al volante camerunés.
Aquel 26 de junio del 2003 aún sigue en la mente de los que en ese entonces integraban la Selección Colombia. Al experimentado guardameta Óscar Córdoba no se le pasó por la mente el fallecimiento del jugador, pues la señal que le dieron fue que estaba fuera de peligro, como quien dice, no se podían desconcentrar en ese momento por lo que se jugaban.
"Quedé sorprendido porque se cayó sin ninguna resistencia. El primero que lo atendió fue Iván Ramiro Córdoba y después Mario Alberto Yepes. Corrí y los médicos lo sacaron, pero por más que quisimos saber qué sucedía, la respuesta fue que estaba fuera de peligro", rememora Córdoba.
Al finalizar el partido, lo primero que hizo Óscar fue hablar con el portero de Camerún, con quien se conocía por jugar en Turquía. El paso de Camerún a la final pasó a un segundo plano y la tristeza embargó a los africanos por la muerte de su compañero.
"Hay que ser un poco crudo con estas situaciones porque el fútbol es un deporte de contacto. Uno nunca va a saltar o a recuperar un balón pensando en que le va a pasar algo, de lo contrario se quedaría en la casa".
El exportero del Once Caldas y de otros clubes de América y de Europa vivió algo similar cuando defendía los colores del América de Cali. El defensa Jhon Freddy Tierradentro recibió un cabezazo de Evert 'Chaca' Palacios y quedó inconsciente, con la diferencia de que revivió en el hospital. Estas han sido las experiencias más traumáticas que ha tenido.
Desde el banco
Rubén Darío Velásquez, campeón de la Copa Libertadores con el Once Caldas en el 2004, fue otro de los jugadores que vivió la muerte de Foe. El popular 'Chusco' había acabo de salir del campo cuando cayó el camerunés. "Quedé inmóvil y esperando qué decían los médicos. Cuando se lo llevaron en la ambulancia pasaron muchas cosas por la cabeza que se ratificaron al final del encuentro con la noticia que recibimos".
Para el 'Chusco' fue difícil asimilar lo sucedido, aunque aclara que cada que salía al terreno de juego los problemas y recuerdos eran del pasado. "Esto lo marca a uno de por vida y le deja enseñanzas de que la muerte llega en el momento menos esperado. Con Arnulfo Valentierra también pasé un susto por una fractura del cráneo, pero ver morir a alguien es difícil de describir".
¿Y el doping?
Se afirma que el doping y el uso de sustancias psicoactivas son utilizados para mejorar el rendimiento más allá de lo normal y en procura de obtener resultados bien sea deportivos o tener una buena apariencia física.
Según José Hernán Echeverri, director del programa de Licenciatura en Educación Física de la Universidad de Caldas, la utilización del dopaje no es nueva, a través del tiempo se ha querido estimular o narcotizar al cuerpo.
"Entre los tipos de drogas que producen adicción se destacan las anfetaminas, el alcohol, los alucinógenos, los analgésicos, la marihuana, la cocaína, la heroína, el opio, el éxtasis, el crack, la morfina, el bazuco, el pegante..., que conllevan a graves consecuencias y se manifiestan con náuseas, vómitos, respiraciones forzosas, venas colapsadas, abscesos, infecciones bacterianas, artritis prematura y euforia con cambios repentinos de depresión", indica Echeverri, que aclara que el abuso de estas sustancias puede incidir en una muerte súbita.
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