Osvaldo Hernández
LA PATRIA I Manizales
América de Cali llegó a Medellín para jugar el fin de semana con el Independiente Medellín por el Campeonato de 1984. En los "Diablos Rojos" actuaba Humberto "El Beto" Sierra, volante creativo paisa que se destacó en el fútbol colombiano y suramericano gracias a su talento con el perfil derecho.
"El Beto" viajó ilusionado a Medellín. Con 24 años, quería, como siempre, quería brillar ante la afición que lo vio crecer en los campos del fútbol aficionado antioqueño.
El día del partido, antes de salir para el Atanasio Girardot, Sierra bajó al lobby del hotel y atendió la visita de Omaira, Angela María y Liliana, sus hermanas, y Fernando y Alberto, amigos del barrio La Magnolia, de Envigado.
Al "Beto", literalmente, se le olvidó que tenía partido porque habló y habló con familiares sin mirar el reloj. Hasta que llegó uno de los auxiliares del equipo y le dijo que ya todos lo estaban esperando en el bus. De inmediato corrió, se subió y partieron hacia el estadio.
El equipo llegó, se acomodó y al "Beto" le pasó un escalofrío por su cuerpo cuando se acordó que, por salir a las carreras, había dejado el maletín con el uniforme y los guayos.
Habló con "Pachequito", el utilero del equipo, al que le dijo que le ayudara, pero este se negó porque al frente tenían nada y nada menos que a Gabriel Ochoa Uribe.
"Le pedí que me ayudara, pero fue imposible. Jugaba con el número 13 y no lo había, además, yo apenas calzaba 38 y mis pies eran muy chicos al lado de los de los compañeros".
Finalmente, "Pachequito" dijo que lo mejor era contarle a Gabriel Ochoa y así lo hizo. Ese hecho le costó el partido al "Beto", pues Ochoa Uribe lo mandó para la tribuna.
"Ese momento fue muy triste y penoso. No poder jugar ante mi familia y quedarles mal a mis compañeros. Lo malo del asunto fue que me tocó ver el partido solo".
La historia no paró ahí. Volvieron a Cali y al regreso de los entrenamientos, Ochoa Uribe, de carácter fuerte, regañó al "Beto". Le dijo que eso no lo hacía un profesional. Por este motivo, el volante antioqueño se quedó tres juegos por fuera de competencias.
Sierra, ahora con 60 años, es técnico. Integró el cuerpo técnico del seleccionado nacional de México que jugó el Mundial de Rusia 2018 al lado de Juan Carlos Osorio.
Está casado con Florencia Rizzie, tiene tres hijas, Carolina, Jessica y Natalia, y dos nietos, Emiliano y Zacarias.
Jugó 16 años con América, Nacional Medellín, La Serena (Chile), Bucaramanga, Envigado, Santa Fe y Tolima.
Ganó 5 títulos con el América y perdió una Copa Libertadores ante Peñarol de Uruguay.
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