Ciclo Anzea, el club de ciclismo formador de talento en Anserma

Oscar Giraldo

LA PATRIA | MANIZALES

En 1978, Ciclo Anzea, club de ciclomontañismo de Anserma, vio la luz. Su nombre se dio en honor a los indígenas anzeas o anzás que habitaron el territorio. La idea le surgió a Mario Montoya Merino, quien fue su presidente durante 25 años hasta que se fue a vivir a Medellín.

A él lo sucedió Mario Ospina hace ocho años, quien lleva 25 allí. Es además ciclista de ruta y de montaña y aunque ya no compite, ahora les da el ejemplo a los niños en ambas ramas.

Este mecánico industrial, de 61 años, recordó los inicios del club: “Había amigos que montaban, pero desperdigados, Mario el fundador es amante del ciclismo, no competía y salía los domingos con otros, hasta que decidieron organizarse y formarlo”.

Una vez establecido Ciclo Anzea, empezaron a salir a competencias, se unieron a la Liga de Ciclismo de Caldas y desde ahí adhirieron la práctica del ciclomontañismo o mtb a la de ruta.

Esta unión fortaleció al club que empezó a tener a integrantes compitiendo a nivel nacional. Uno de ellos fue Mario Montoya, después aparecieron Isail Bedoya y Jorge 'Pajarito' Marín.

Entre las figuras también está Estiven Ramírez, de 21 años, quien durante tres años ha viajado a España a competir y lo apoya la Fundación Alberto Contador. Debido a la propagación de la pandemia del coronavirus, este año esperaba regresar en marzo y no pudo. Similar situación vivió Guillermo Restrepo, quien estaba a punto de llegar a Portugal.

Otros, a falta de recursos, prefirieron retirarse, como el caso de Juan Camilo Ospina, hijo de Mario. Fue campeón nacional de mtb en prejuvenil en dos ocasiones y en Intercolegiados. Santiago, su otro hijo, compitió durante tres años. Sebastián Montoya ganó carreras en clásicas hace cuatro años y dejó el ciclismo.

“Me quedó el sentimiento de gratitud con el club, mis hijos se levantaron con principios, valores, amor por el ciclismo, de acá no me voy así haya un niño”, resaltó Ospina.

En competencia y con pocos recursos

A Mario lo acompañan otros dos veteranos de Ciclo Anzea. Benjamín Grajales y José Luis Noreña, los entrenadores, quienes además son tesorero y vocal respectivamente. Ellos están al frente de unos 30 jóvenes ciclistas.

Aunque son habituales figuras en la Copa Cafetera de mtb, salen algunas veces a válidas nacionales cuando hay dinero, pues los mayores patrocinadores son los padres de familia.

Otros, que prefieren ruta, estuvieron en el Circuito de la Feria de Manizales, también compiten en las carreras del Eje Cafetero y del Norte del Valle. En ocasiones corren de manera recreativa.

Las veredas y caminos de Anserma son el mejor sitio para entrenar, así como una pista que se ha ido acortando debido a la urbanización. Esperan que la Alcaldía les entregue en comodato para pista, bicicrós y mtb, pues cuentan con personas dispuestas a colaborarles para llevar a cabo un proyecto más grande y evitar la exposición a la calle.

Rápido adiós a dos figuras

Isail y Jorge, que figuraron entre los mejores ciclistas juveniles de Caldas, murieron entrenando en dos accidentes de tránsito. El primero falleció cerca el hospital Santa Sofía, un peatón se le atravesó y la caída fue fatal.

“Marín murió bajando entre Riosucio y Supía. Un camión lo atropelló. Era un referente del club en la Liga, pensamos que iba a llegar lejos, era pequeño en estatura e iba a ser grande en el ciclismo”, recordó Ospina.

El apoyo

Mario Ospina dice que además del apoyo de los padres tuvo el respaldo de Jorge Iván Duque, quien fue alcalde en dos ocasiones de Anserma. Sin embargo, en la administración pasada no lo tuvieron y con rifas de bicicletas y otros eventos recogieron fondos. Agrega que no le da pena y saca la ponchera, la hace sonar para que sus amigos le colaboren. “Siempre ha sido así, con las uñas, luchando y llorando, pero hay que seguir”.