Arturo Parra prefiere saludar con sus antebrazos que con sus manos, las que resguarda bajo unos guantes negros.
"Son muy frágiles, me las cuido mucho, como músico tengo músculos por todo lado, pero no son muy finos y hay gente que saluda muy efusivamente, así que es mejor prevenir", dice Parra.
Los intereses del guitarrista bogotano giran alrededor de la exploración sonora, la elaboración de nuevas técnicas de interpretación y la expansión del espectro expresivo del instrumento, los cuales estuvieron presentes en el concierto que ofreció anoche en el auditorio del campus Palogrande de la Universidad Nacional.
Los espectadores disfrutaron de su más reciente producción musical titulada Terra Incógnita, siete retratos sonoros, una descripción de sonidos, gestos, silencios de personas que se acercan al autor para que él las describa con su guitarra.
"La idea era que el público entrara en la música, no oírla", explicó Parra, quien es doctor en música de la Universidad de Montreal, hace parte del grupo Paroles Égales y recientemente obtuvo el premio del público en todas las categorías durante el Gran Concurso de Guitarra de Montreal.
Haciendo cuerpo con la guitarra
-¿Cómo ha sido su proceso formativo?
Soy un autodidacta con muchos diplomas. Ha sido muy intuitivo, desde los 13 años hasta que ingresé finalmente a la academia. A pesar de estar en la universidad mi formación musical siempre ha sido bastante atípica.
- ¿Usted llegó a la guitarra o ella llegó a usted?
El instrumento llegó a mi casa cuando tenía 6 años. Empecé a sacarle sonidos que se quedaron divagando en mi cabeza. A los 13 años mi hermano llevó otra guitarra y de ahí jamás la abandoné.
-¿Cómo se elige una guitarra?
Es un instrumento muy delicado, que tiene que tener una excelente construcción y cualidades ergonómicas y acústicas muy especiales. Normalmente cuando voy a adquirir una guitarra lo que hago es simplemente tocar las cuerdas al aire, y dejar que el instrumento como una catedral resuene, ahí te das cuenta si está bien hecho.
- ¿Hay en Colombia una nueva generación de guitarristas?
Hay mucho talento, pero adolecen de las mismas cosas de hace muchos años, una mayor autonomía. La vocación tiene que estar ahí, me parece un poco ausente, toman la música como si fuera una profesión más y falta creatividad, creen que la música ya está servida en una bandeja y lo único que tienen que hacer es poner notas. Falta mucho rigor para alcanzar un nivel internacional.
- ¿Qué escuelas sobresalen en el país?
Colombia tiene una influencia extraña, no se ha sentado una escuela propiamente dicha. Hay influencias españolas, cubanas, pero no hay nada concreto. No digo que deba haber una escuela propiamente dicha, sino que la guitarra podría estar mejor, después de 25 años de formación en el país, falta un poco más de trabajo en ese aspecto.
- ¿Le habla a su guitarra?
La huelo, le hablo, la beso, la soplo. La guitarra es una extensión de mi cuerpo o yo soy una extensión de ella... ya no sabemos (risas).
- ¿Por qué razón solo interpreta su música?
Siempre tuve la curiosidad de saber cuál era la historia final de este instrumento. Empecé a tocar obras de compositores clásicos, era como un libro, y quería llegar al final del libro y me interesé mucho por la música contemporánea. Cuando llegué al final de la hoja y vi que no había más música, eso fue en 1982, ahí empezó esa necesidad de explorar el instrumento, y salían cosas espontáneamente que crearon un lenguaje que desarrollé en Canadá con mis estudios de maestría y doctorado, y desde hace 20 años solo toco mi música.
- ¿En su obra qué le aporta a la guitarra?
Le doy mayor amplitud, porque la han restringido mucho. Es un instrumento tan rico, lleno de sonidos y expresiones, entonces empecé a soplar sobre las cuerdas, hacer sonidos con mi mano izquierda, no solo sirve para poner los dedos sino para tocar. Me he inventado 50 sonidos nuevos con la guitarra sin utilizar otros medios, solo con la interacción de los dedos, soplando, con la voz.
- ¿Le tiene nombre a los sonidos que ha creado?
Muchos, como se trata de darles una paternidad, y que cuando muera por lo menos alguien siga interpretándolos, se llaman Continuos a la Parra, Rebotes, Blandos a la Parra, Sonidos Transversales a la Parra, entre otros.
- ¿Cómo es su público?
Es atípico, no es el típico guitarrista que llega a ver como voy a interpretar un versión de una sonata de Bach o una suite, es un público heterogéneo, sensible.
Reconocimientos
* Obtuvo el único premio de Artes ofrecido en Colombia por la Entraide Universitaire mondiale du Canadá (1989).
* Merecedor de dos becas nacionales de composición del Ministerio de Cultura (1995 y 1997).
* Galardonado en el Concurso nacional de composición Paso al Arte por Furor, obra para guitarra y expresiones vocales (1999).
* Premio del público en el IV Concurso internacional de música electroacústica de São Paulo por Soledad, obra para guitarra y cinta magnética compuesta en colaboración con Gilles Gobeil (2001).
* Premio Nacional de Composición Ciudad de Bogotá (2008).
* Premio del Público del Grand Prix de Guitare de Montreal (2010).
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