Librería palabras, otra página que se termina

Vicky Salazar
LA PATRIA | MANIZALES

La suerte de las librerías está echada. Cada vez son más los factores que no las hacen viables, como explica Germán Velásquez Ángel, quien fundó la librería Palabras en 1977. Cerrará sus puertas definitivamente el próximo sábado.

Velásquez Ángel enumeró diferentes motivos por los que el libro pierde protagonismo en el mundo de hoy. El primero son las fotocopias en las universidades, donde profesores y alumnos hablan de ellas y no de libros, los estudiantes se gradúan sin haber tocado uno durante su carrera, solo fotocopias de capítulos completos o libros fotocopiados y empastados, esta es una mentalidad que se popularizó entre nuestros estudiantes, afirmó.

La segunda es el internet, invento maravilloso donde se encuentra con facilidad la información requerida. Tercero, el auge de las tabletas, ellas permiten tener a un precio muy económico el libro que se quiera comprar. Otro factor es la piratería, y por último la falta de hábito de lectura. La Cámara Colombiana del Libro dice que en Colombia los lectores son una élite, un pequeño grupo que arroja como resultado el consumo de un libro/año por habitante, versus Alemania donde se leen 20 libros/año, explicó.

Tertulias

Las librerías son el lugar de encuentro de pensadores, intelectuales, políticos, literatos y personas que tienen en común el gusto por la lectura. En Palabras se reunieron por años hombre de la ciudad que trascendieron por sus diferentes actividades, la gente creía que teníamos tertulias con algún formato definido, pero en realidad era un conversadero, donde se hablaba de todo y el que iba llegando se unía a la charla, recordó el librero.

Por allí pasaron nombres como Rodrigo Ramírez, Manuel Mejía Vallejo, Fabio Trujillo Agudelo, Hernando Yepes Arcila, Carlos Enrique Ruiz, Álvaro Gutiérrez, Darío Ángel Gómez, José Fernando Calle, Orlando Sierra Hernández y muchas más personalidades de la academia y la política.

Un libro especial

Cómo anécdota, Germán Velásquez recordó el libro Leonardo, ese desconocido en el que aparece toda la obra de D'Vinci, edición de lujo de gran formato que vendió hace más de 30 años por $12.000.