FOTOS | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA
Dasso Saldívar en Libélula Libros. Al fondo Harold Alvarado Tenorio.
Fernando-Alonso Ramírez
LA PATRIA|Manizales
Dasso Saldívar no se toma las cosas de afán. Se pasó dos décadas escudriñando en la vida de Gabriel García Márquez para escribir la que para muchos, incluida mi mamá, es la más bella biografía que se haya publicado sobre el fallecido nobel colombiano, El viaje a la semilla.
También se toma su tiempo para sus novelas, tanto que la que se conocerá al fin de este año en Colombia tardó también 10 años escribiéndola. Esa manera de ser, sin afán, seguramente fue la que llevó a que se presentara un poco retrasado para la charla que iba a sostener.
La cita en el auditorio Tulio Gómez de la sede Palogrande de la Universidad de Caldas era a las 2:00 de la tarde del viernes. Desde antes lo esperaban varios periodistas, incluidos los de la institución que debieron entrevistarlo a la carrera, y luego sí la presentación formal para un diálogo con estudiantes de Filosofía y Letras que buscaban sacarle algo que le hubiera faltado por decir en la completa biografía, que acaba de ser revisada y reeditada, ahora con el sello de Planeta y el prólogo de William Ospina. En la noche sostuvo un diálogo con el escritor Harold Alvarado Tenorio y con el librero Pablo Felipe Arango.
Postergado
Se dice un novelista postergado. ¿La admiración que usted confiesa por García Márquez lo inhibió para escribir?
La admiración por García Márquez me alentó como lector a seguirlo leyendo y a leerlo todo, para conocerlo como hombre, como autor. Quién era el hombre que estaba detrás de esa maravilla de novela -Cien años de soledad-, pero no me amilanó, no me aminoró. Como biógrafo, entre comillas, le perdí el respeto, y así tenía que ser para poder indagar y narrar su vida.
-¿Y Desmitificarlo le ayudó?
Exactamente, pero a la vez construyes otro mito, uno más real, más humano, de un hombre humilde, sencillo, que se propone una obra gigantesca y que lo va logrando paso a paso, con gran humildad, con gran esfuerzo, con disciplina. Surge otro mito, pero es el espejo, es el reflejo de una realidad personal, cotidiana, etcétera.
- Usted decía que cuando leyó a García Márquez no quería luego leer a nadie más, ¿pero cómo hizo para sí querer escribir algo más?
Cuando me senté a escribir ya estaba admirado por otros escritores, Borges, Rulfo, Homero, Dante, Yourcenar. Lo que pasa es que yo tenía mi tema y estaba buscando contar también mi mundo, cuando cae García Márquez y la necesidad de escribir la biografía. Ahí es donde yo me denomino como novelista postergado, o entre paréntesis, porque tuve que postergar mis novelas para escribir esta biografía que se me impuso como algo impostergable. Y yo sabía también que en mi novela tiene que aparecer parte de estas enseñanzas, y yo no las he eludido para nada, lo que pasa es que es bueno también que se vea que tengo otras influencias, porque no solo con García Márquez, como no solo con Homero, o no solo con Proust tú puedes ser escritor. Tú necesitas leerlo todo. Los necesitas a todos, desde el más grande hasta el más pequeño.
- ¿Entonces no se asustó?
Eso no me asustó para nada. Al contrario, yo sabía que el maestro me ha enseñado muchas cosas, no solo como escritor, sino como hombre y eso tenía que reflejarse de alguna manera, pero lo importante no es que aparezca García Márquez, ni que aparezca Rulfo, ni Borges, Somosata o Virgilio, lo importante es que aparezca tu propia voz y esta solo se construye a partir de las influencias de ellos. La verdadera originalidad de un escritor y de un artista es la asunción personal de sus influencias.
Conversaciones
¿Leyó la biografía de Gerald Martin sobre García Márquez?
Nunca la he podido leer completa porque siempre me han estado ocurriendo situaciones en mi vida que me lo han impedido. Como comprenderá yo no puedo leer esa biografía como la puede leer cualquier otro lector, la tengo que leer con una minuciosidad y una atención, que para mí significa volver a meterme en el laberinto de Macondo, y he estado buscando ese momento especial; por ejemplo, la iba a leer durante este verano detenidamente, porque además le tengo prometido a Gerald que la voy a comentar cuando la lea, pero viene el maestro y se nos muere en abril y a partir de ahí cambia todo. He tenido que estar atendiendo otras cosas.
O sea que se conoce con Gerald Martin.
Sí, claro, nos conocimos en la Universidad Central de Londres, en noviembre del 2008, estuvimos en un coloquio. Él lo reconoció en la dedicatoria: "Para Dasso Saldívar, el pionero, con cuya obra he convivido durante 10 años". En estas cosas nada sobra, todos sumamos, y a él hay que agradecerle que siendo un inglés se haya ocupado tanto tiempo de Gabo. Cuántos colombianos nos hemos ocupado de Shakespeare, por ejemplo. Y vendrán muchos más biógrafos de García Márquez y las mejores empezarán a aparecer a partir de los 50 años de su muerte, porque muchos archivos, documentos que ahora no se pueden consultar, se van a poder consultar y eso va a cambiar muchas cosas.
Levitación
¿Dónde y cómo recibió la noticia de la muerte de García Márquez?
Yo iba caminando con mi esposa de noche por la Calle Goya, de Madrid. Subía desde Plaza Colón hacia Goya. Entonces me llamó un amigo periodista de Reforma, de México: "oye, se acaba de morir Gabo". Yo ya tenía algunas noticias filtradas de que él estaba mal, pero aun así uno nunca está preparado para la muerte, menos para la muerte de un ser tan querido e importante como Gabo. Tuve una sensación de irrealidad, empecé a flotar como Remedios La Bella, y me fui a casa flotando, y empezaron las llamadas y durante dos o tres semanas no pude sentir que él había muerto, así que mi llanto, mis lágrimas por el maestro vinieron dos o tres semanas después, cuando ya empecé a aceptar que se había ido, pero por otro lado, como lector, estudioso de él, yo sé que él está con nosotros y seguirá estándolo, sé que él está muy vivo con sus libros.
¿Qué matices descubre usted en el García Márquez escritor y el periodista?
Él hablaba del rigor del dato, pero García Márquez siempre fue un literato que estuvo haciendo periodismo y es lo mejor que le ha ocurrido al periodismo, que García Márquez le diera categoría artística como creo que nadie se lo ha dado. Creo también que él uso el periodismo no solo porque le interesaba la forma como transcripción de la realidad, sino que fue un laboratorio donde él ensayó su estilo, sus propuestas narrativas y muchos de sus temas. Para un estudioso de Gabo, leer sus columnas dese el principio es darse cuenta cómo fue construyendo su obra de ficción, su etilo, su mirada y, sobre todo, como fue perfilando esos temas y algunos personajes. Su obra periodística es inseparable de su obra de ficción.
El novelista Dasso Saldívar
De acuerdo con Darío Antonio Sepúlveda Ochoa, más conocido como Dasso Saldívar, lo que vamos a encontrar en Los soles de Amalfi, su novela que se podrá conseguir a finales de este año, es una invitación al país de la infancia, del que nos habla Exupery, Rilke, el mismo García Márquez y Rulfo, entre muchos otros autores.
"Es una novela sobre experiencias de mi infancia, pero mi infancia, que transcurrió en esa década de los 50, la más sangrienta de la llamada Violencia, no podía sustraerse de ese contexto".
Cuenta Saldívar que en un principio pensó escribir una novela sencilla, de 120 o 150 páginas, pero la cosa se le fue haciendo compleja. "Empecé a encontrar en esta novela lo mismo que me pasó con la biografía, que para poder contar la vida de García Márquez tuve que contar la historia de un poco de gente y la historia del país. Aquí pasó igual. Una novela en donde intento que congenien en una misma corriente narrativa, novelística, dos países muy distintos, el de mi infancia que está lleno de leyendas, de mitos, de fantasmas, como todos los que han nacido en un pueblo lo saben muy bien, y el país de esta Violencia, del bipartidismo, que siempre ha estado ahí de fondo".
Saldívar tiene otra novela inédita sobre los últimos días de Manuela Sáenz en Perú, que dice es la más postergada porque la escribió primero, desde la misma época en que empezó a escribir El viaje a la semilla. La dejó entonces para publicar la biografía. "Luego vinieron mis problemas de salud, y cuando estuve en esa larga enfermedad renal yo dije: voy a trabajar esta novela Los soles de Amalfi, que es más de la entraña, me sale más fácil, y en cierta medida sí, pero se me fue haciendo compleja y estuve así como 10 años con ella. La de Manuelita la quiero concluir lo más pronto posible, porque en ella coinciden mis fantasmas, mis obsesiones de hombre, de lector, de escritor y de colombiano y latinoamericano".
Diálogos
Tertuliantes con Dasso Saldívar dan su impresión del conversatorio:
John Sebastián Giraldo, estudiante de Filosofía y Letras
Dasso es un tipo demasiado documentado, tremendamente documentado y gran conversador, excelente investigador. Se nota la fluidez y lo relaciono mucho con la biografía porque también es demasiado fluida.
Felipe Cárdenas, estudiante de Filosofía y Letras
Dasso es exageradamente abierto. En la biografía uno alcanzaba a sentir un tono muy relajado, muy sencillo, incluso muy cercano al tono de García Márquez, que también es así. Dasso es muy abierto a hablar, todo lo que puede decir lo dice.
Pablo Rolando Arango, profesor de Filosofía y Letras
Mi impresión del conversatorio es muy buena, me parece que fue una conversación, cosa que no es muy común en estos espacios académicos, que son generalmente muy rígidos, y al mismo tiempo interesante y divertido. La gente estaba muy atenta, Dasso es un gran conversador y un gran conocedor de la vida de este genio de las letras y estamos muy satisfechos en la Universidad por este espacio.
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