Finalmente se repartió la mermelada en toda la tostada del país. El pasado mes de mayo se aprobó la Ley 1530 por la cual se regula la organización y el funcionamiento del Sistema General de Regalías. El país pasará de recibir 6,4 billones en promedio a 9,1 billones de pesos en 2012. A Caldas le corresponden 99.757 millones de pesos, distribuidos en los diferentes fondos, según datos preliminares del Departamento Nacional de Planeación.
Las regalías son una contraprestación económica, de propiedad del Estado, que se causa por la explotación de los recursos naturales no renovables. Antes de la reforma a las regalías, el 80% iba a los departamentos productores (Regalías directas) y el 20% se destinaba al Fondo Nacional de Regalías (Regalías indirectas). Con el nuevo sistema, en 2012, el cincuenta por ciento de las regalías se destinarán a las entidades productoras y el otro cincuenta por ciento irá a los nuevos fondos. (1. Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación 2. Fondo de Desarrollo Regional 3. Fondo de Compensación Regional 4. Fondo de ahorro y estabilización). Progresivamente, cada año, irá creciendo la distribución en los fondos regionales y disminuyendo las regalías directas, hasta que en el 2015, el 20% de las regalías irá a las entidades productoras y el 80% irá a todas las entidades territoriales, invirtiendo totalmente la estructura.
El giro por regalías entre 1994 y 2005 fue de más de 20 billones de pesos, el 83% fue recibido en ocho departamentos: Casanare, Meta, Arauca, La Guajira, Huila, Santander, Cesar, Córdoba. Lastimosamente estos territorios no han logrado alcanzar coberturas mínimas en educación, salud, servicios públicos y saneamiento básico. Un primer paso es entonces acceder a los recursos, pero lo importante es convertirlos en competitividad y desarrollo socioeconómico.
Lo primero que deseo hacer es celebrar el logro del Gobierno, que obtuvo el apoyo del Congreso de la República. Considero justo y equitativo que la riqueza de nuestro subsuelo se reparta entre todos los colombianos. Lo segundo que celebro es que el gobierno nacional no decidiera que era mejor encargarse de esos recursos desde Bogotá, en las regiones a veces sentimos que nos ven incapaces de cometer nuestro propio desarrollo.
¿Cómo vamos a definir localmente la forma en que usaremos estos recursos? Me parece que es sabia la ley al definir 12 criterios para la aprobación y priorización de proyectos de inversión y que son buenos como mínimo común. Me preocupa, sin embargo, que estos recursos sean repartidos sin la definición colectiva del foco estratégico del Departamento y terminen en presupuestos de instituciones públicos o privados de manera individual, que mediante forcejeo de las más fuertes se definan los proyectos o se den apoyos del tipo: "Usted me ayuda y yo le ayudo". Con la Reforma a las Regalías y con la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial el gobierno envía un mensaje claro de transformación del desarrollo hacia una visión sistémica, colectiva, de largo plazo y con grandes obras.
Voy a permitirme enunciar algunos criterios adicionales que considero podemos incorporar para priorizar y elegir los proyectos a presentar: 1. Promover sectores económicos nuevos donde se aproveche nuestro potencial y disminuyan nuestras brechas, por ejemplo biotecnología (producir desde Caldas cosméticos, medicamentos, productos de belleza) 2. Seleccionar proyectos generadores de nuevos empleos de calidad. 3. Ocuparse de apoyar la competitividad de los 27 municipios del departamento, Manizales debe proceder como "gran hermano" y no solo pensar en su desarrollo. 4. Generar oportunidades para las zonas rurales; no debemos olvidar nuestra vocación agroindustrial, ni sectores económicos de tanto peso como el caficultor. 5. Invertir en nuestro capital social, apoyando los proyectos que generen educación de calidad. 6. Apostar por la innovación del sistema productivo. 8. Promover la equidad y la erradicación de la pobreza. Por último, los representantes de los Órganos Colegiados de Administración y Decisión, OCAD, deben acudir a su grandeza y pensar en el colectivo, aún por encima de sus propios intereses.
Realmente son muchas las cosas por hacer y como pasa generalmente estamos trabajando desde la urgencia y no desde la planificación, por eso hago una invitación a construir un plan estratégico participativo del departamento, que defina un foco, una vocación estratégica y todos trabajemos hacia allá, más vale tarde que nunca.
Nota: En mi pasada columna abordé el tema de las elecciones de la Cámara de Comercio, a mi pesar y en mi concepto ganó el abstencionismo, ¡qué triste! ¿Qué pudo ser?, ¿indiferencia?, ¿falta de información?, ¿confusión por lo ocurrido en otras Cámaras…? No quiero pensar que los manizaleños hemos perdido la fe en nosotros mismos y en nuestras acciones, peor aún que desconocemos el poder de cada uno, el poder de uno.
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