Desatinada la propuesta que hizo el representante a la Cámara Germán Blanco, en días pasados, con la cual busca que haya otro día festivo en Colombia. Esta vez la disculpa es la madre Laura, quien será canonizada por el Vaticano el 12 de mayo del presente año. Según Blanco, la idea es realizar un trámite legislativo y promover que dicha fecha se convierta en día cívico con el fin de que los colombianos se dediquen a "la concertación y la conciliación".
La propuesta, aunque atractiva en principio y populista en su esencia, tiene consecuencias negativas sobre la economía del país. Colombia es hoy por hoy uno de los países más ociosos de Hispanoamérica y ocupa el primer lugar en Iberoamérica en cuanto al número de días festivos. A la religión católica se debe la posición del país en este escalafón. De los 18 festivos que se celebran en el año, 14 son religiosos, dos de los cuales se celebran los domingos. Los 12 restantes representan el 4,9% de los 245 días hábiles que tiene un año corriente. En otras palabras, para homenajear ceremonias y ritos religiosos los colombianos sacrificamos hoy en día casi el 5% de la productividad del país.
Pero, además de nociva para la economía, la propuesta del congresista es también inconstitucional. Dice el artículo 19 de la Constitución de 1991 que Colombia es un país en donde existe la libertad de cultos, lo que significa que nadie puede imponer a los demás su propia religión. Ya hoy en día se impone al país 12 días feriados ignorando dicho artículo; imposición que por lo cómoda que resulta, hasta ahora no ha sido objetada. Seguir ampliando el número de festivos, por cómodo que resulte, es algo que sin lugar a duda se le devuelve al país. Se le devolvió a España que disfruta de 36 días libres al año y también a Grecia, que disfruta de 25. Y aunque todavía no hay evidencia contundente en la literatura sobre la relación entre el número de días que trabaja un país y sus resultados en materia económica, a primera vista parecería ser que dicha relación sí existe. Curiosamente, las economías que hoy pasan los mayores estragos son aquellas donde el número de días libres es alto. Por su parte, los países que gozan de menos días libres, como China con 10, India con 12 y Taiwán con 15, son los que vienen protagonizando los "milagros económicos".
Aunque resulta difícil oponerse a la tentativa idea de un festivo más, Colombia tiene que ser responsable en el manejo de su política de festivos. A los ya conocidos problemas de productividad del país no se puede sumar la religión. Si los católicos requieren de mayor "concertación y conciliación", en todo su derecho están. Pero que lo hagan los domingos. El resto del país necesita trabajar.
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