El agua con que cuenta tanto el ser humano como los animales suministra la sustitución de líquidos esenciales para la vida . La ingerida en los líquidos y en los alimentos como frutas y verduras produce el agua metabólica en el organismo, siendo los vegetales los que más aportan.
El agua corporal trasporta los nutrientes y los productos de desecho hasta y desde las células, al flujo sanguíneo. Un volumen sanguíneo adecuado es esencial para disipar el calor a través de la dilatación de los vasos sanguíneos cutáneos y del sudor durante el ejercicio así sea una caminata.
Una de las pérdidas del agua corporal es por la traspiración. La mayoría del agua que se pierde por esta causa proviene de la sangre, lo que conlleva a una reducción del volumen sanguíneo hasta un nivel que puede ser comprometedor para la función cardiovascular y si es muy significativo, el flujo sanguíneo hacia la piel disminuye y la temperatura interna se eleva.
Otras pérdidas de agua ocurren a través de los riñones, en forma de orina; por medio del tracto gastrointestinal, en forma de heces y por medio de los pulmones, por la espiración.
Tenga presente que una deshidratación parcial disminuye el rendimiento. Por ejemplo, una pérdida de agua de un 4% al 5% reduce la capacidad de trabajo entre un 20% a 30%, mientras que una pérdida de un 10% puede producir la amenaza de un colapso circulatorio.
La cantidad de líquido perdido durante el ejercicio depende de la intensidad, la duración del esfuerzo y especialmente de la temperatura y humedad de la atmósfera. La sudoración se produce para permitir liberar calor, lo que ocaciona más pérdida de agua que de sales.
Una persona sedentaria (sin ejercitarse) produce de 500 a 700 mililitros por día de sudor, en tanto que el ejercicio prolongado en un ambiente húmedo puede resultar una producción de 8 a 12 litros por día de sudor.
Algunos corredores de maratón pierden un exceso de 5 litros durante la competencia, lo cual equivale a un porcentaje del 6% al 10% del peso corporal.
Durante ejercicios largos y extenuantes, particularmente en climas cálidos, el cuerpo necesita reemplazar las pérdidas de agua en cantidades superiores para mantener su peso.
Tener sed no es siempre un indicador confiable sobre las necesidades de líquido. En algunas situaciones de ejercicio extenuante, entre ellos las marchas, el beber con discreción no remplaza todas las pérdidas de líquido. De ahí que estas pérdidas deberán ser monitoreadas con medidas de peso corporal y con el color de la orina.
La orina amarilla oscura puede indicar deshidratación. Es necesaria una recuperación continua tanto antes durante y después del ejercicio.
Lo escrito anteriormente orienta pero no suple la consulta medica, ni la nutricional.
* Nutricionista Dietista Clínica Universidad Nacional de Colombia y Educadora acreditada en diabetes.
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