Hoy en la noche se cumple el aniversario del nacimiento en Caracas del Libertador Simón Bolívar y cuya muerte se produjo 47 años después en la Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta.
Del caraqueño se han escrito millones de palabras y se han expresado innumerables conceptos divididos en tres grupos: fundamentalmente a su favor, absolutamente en su contra o aquellos que pretenden ser imparciales pero oscilan entre los dos bandos aportando opiniones que van desde el temido rechazo hasta considerarlo un ser superior que debió merecer otra manera de terminar sus días y no en la lejanía agregada al olvido, en el fatídico 17 de diciembre de 1830.
Cada quien tiene una idea y una imagen de Simón Bolívar frente a sus diferentes y múltiples logros o fracasos. En los colegios habían Centros de Estudios Bolivarianos, a los que asistían quienes querían aprender más sobre este ser que es un emblema para América como lo son: José Martí y José de San Martín.
Una coincidencia importante en lo positivo, el 17 de diciembre de 1819, el mismo Simón Bolívar, firma la Ley de Angostura por la cual se constituyó la República de Colombia, la cual hoy sufren los ciudadanos sin importar en qué lado se encuentran.
¿Pero qué ha significado o significa Simón Bolívar para los colombianos? Al Libertador hay que considerarlo desde su aspecto como persona hasta su ejercicio como militar o político o mediante el análisis de un militar-político, de este último grupo hay importantes representantes del ejercicio simultáneo de esta dupla de actividades, a través de la vida de Colombia.
Todos los colombianos saben poco, generalmente, o mucho de Simón Bolívar. Pero la gran mayoría poco conocen profundamente lo que ha representado el General del cual se dijo al morir que: Se eclipsó el Sol de Colombia.
A pesar de que en su época se le aisló por razones de comprensión, de política y de envidia, ahora Simón Bolívar pasa injustamente a un segundo plano, salvo por las plazas y las obras de arte en su honor, porque se le vincula con desdén, popular y políticamente a uno de los partidos en los cuales se ha divido el país. Igual pasa con Francisco de Paula Santander. En primera instancia se explotan sus debilidades y se encarnizan con ellos dos como seres humanos y hay que preguntar: ¿Quién a lo largo de la Historia Patria desde los líderes indígenas pasando por los próceres, las heroínas y todos los demás que han nacido y muerto no ha tenido sus debilidades en menor o en mayor proporción?
En segunda instancia se le atribuye, también injustamente, igual que a Santander, la fuente de inmensos males, antiguos y actuales, sin más fundamento que el odio infinito a su labor en bien de Colombia. Y si ello fuera absolutamente cierto: ¿Por qué no se han corregido durante más de 200 años?
Una situación independiente, es la consideración humana de la intención abierta o encubierta sobre los resultados. Jamás los medios justificarán el fin pero siempre el valor, intrínseco y extrínseco, de las personas e independientemente de sus flaquezas, deberán prevalecer. A través de ello hay que identificar al Libertador.
Simón Bolívar no era un ángel ni la encarnación divina, a la manera de los emperadores romanos. Tampoco era un diablo según la consideración cristiana que persistió por siglos. A Simón Bolívar hay que reconocerlo y entenderlo como lo que fue, el que libertó a cinco repúblicas, entre ellas honrosamente a Colombia.
El Bolívar de los colombianos debe ser el Simón Bolívar que fue y no el que se quiera. Para identificar al Simón Bolívar real es necesario volver por el querer bolivariano a lo colombiano. La indiferencia no puede ser el título del reconocimiento al Libertador. Ni siquiera el patrioterismo a su nombre debe ser su recompensa.
Nota: No se ha comprendido lo que significa un Hospital Universitario para Manizales.
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