Héctor Palau
LA PATRIA | Bogotá

Una ley del deporte con contenido social, incluyente, que atienda y brinde garantías para un desarrollo deportivo sin limitaciones. Que asegure para el deporte y deportistas, no tener que estar sujetos al momento político, los intereses particulares y los caprichos del dirigente nacional o regional de turno.
Una ley del deporte que permita finalmente establecer políticas deportivas claras, una ley del deporte moderna sin amarres.
Esta es la ley del deporte que soñamos, la que se está fraguando en todos los talleres, foros o como les quieran llamar a las reuniones que promueve Coldeportes, intentando recoger el sentir de todo el país.
La misma ley que el propio presidente Juan Manuel Santos está dispuesto a darle al deporte entendiendo que no solo se trata de entregar recursos sino una carta de navegación que permita el desarrollo deportivo.
Salió del propio presidente Santos esta iniciativa y la urgencia de que se apruebe. Todo ahora está en la cancha de dirigentes, deportistas, técnicos y en general  del estamento deportivo.
Uno ve que los técnicos en Colombia se contratan por 8 meses y tienen que trabajar los 12 del año sin remuneración, regalando a veces 2, 3 o 4 para no frenar los procesos con sus deportistas. Los recursos para las delegaciones del ciclo olímpico dependen muchas veces de la emoción o de las conveniencias políticas y que las federaciones reciben recursos mínimos y en ocasiones a la conveniencia amistosa.
Cuando se viven estas situaciones, como el caso de Zorobabelia Córdoba, gloria del atletismo nacional, a punto hoy de perder su casa y con lesiones que la obligaron a pensionarse antes de tiempo, uno no puede creer que estamos seguros del futuro deportivo. No hay una ley que nos permita saber  con claridad y seguridad hacia dónde vamos.
La apuesta de Coldeportes y el presidente Juan Manuel Santos con la nueva ley del deporte persigue eso: darle un soporte gigante a nuestro deporte, ojalá quienes están en esa tarea logren una inclusión de situaciones naturales propias del deporte que garanticen un mejor futuro para nuestro deporte.
Hoy hay un presidente dispuesto a apoyar, un presidente que le gusta el deporte, así lo ha demostrado en su gestión, pero todo ese entusiasmo hay que amarrarlo para que no solo el presidente sino  su equipo así mismo lo entiendan y no haya trabas para el manejo de los recursos y la condición social de nuestro deporte y deportistas.