Se podría decir que para todos los caldenses resulta sumamente gratificante ver que uno de nuestros coterráneos es nombrado en cargos de renombre nacional. Y ojalá fueran muchos los favorecidos, pues cierto es que Caldas es un productor de personalidades importantes, capaces, profesionalmente idóneas y mentalmente ágiles.
En este caso, el haber recaído el nombramiento como vicepresidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) en Héctor Jaime Pinilla, alcanza a alegrar un poco y a abrir las esperanzas de que en puestos similares o superiores puedan figurar otros de nuestros caldenses que se destaquen.
Lo que aterra es el derroche de optimismo expresado en los medios de comunicación y la desaforada verborrea que se desató en el recién nombrado, prometiendo -como es su costumbre- el oro y el moro como si de él dependiera nuestro desarrollo vial. ¡Qué tal! Este es un cargo -hay que reconocerlo- más de relleno burocrático, que de efectividad y de poder; este es un cargo más de pago de favores y de sostenibilidad del exministro Cardona, que de posibilidades concretas de aportarle a la región. De ahí que tanta promesa y tanta alharaca no pasen de ser otro ridículo y un acto descarado de politiquería.
Pero, en aras de no discutir ni generar polémicas, supongamos que de él dependa entonces la terminación de la Autopista del Café, la extensión hasta La Manuela de la Autopista de la Montaña y, en general, la ejecución de tantos proyectos viales que requerimos y que se han vuelto recurrentes en aquellos foros que suelen citar los directores de los gremios para justificar su existencia. Pues si es así, (que de él dependan) ¡apague y vámonos¡
Bástenos recordar la forma como, enviado por Germán Cardona y aliado con la Corporación Cívica de Caldas, llegó hace menos de un año a la ciudad a polarizarla y a insultar a sus gobernantes y rivales políticos en esa desgastante campaña por la Alcaldía de Manizales que tantas heridas y desastres personales e institucionales nos dejó. En aquél momento el único que servía era él; el único confiable era él; el único impoluto era él; el único con autoridad moral era él. Y mientras cumplía su misión de denigrar a Manizales en los medios locales y nacionales, en el Ministerio de Transportes reposaba para su firma -como compensación- el contrato como asesor de Germán Cardona, de la mayor ingrata recordación para los caldenses.
En ese orden de ideas, y aceptando como su gran mérito en la vida su estrecha relación con el exministro, ¿qué podemos esperar para nuestro desarrollo? ¿Qué tendremos para agradecer los caldenses a ese ministerio, ejercido por un caldense y cuyo asesor era otro coterráneo (Pinilla) con quien se alió para detener nuestras obras de importancia? ¿Acaso mientras fungía como asesor del Ministerio, no se nos enredó el Aeropuerto del Café y no se generaron las más grandes suspicacias en los contratos de importancia para la región? ¿Acaso a quienes Pinilla maltrató y trató de corruptos e indecentes no son los actuales gobernantes de Manizales y Caldas? ¿Podremos esperar gestión alguna para que, en últimas, se les reconozca a esos "corruptos" que tanto atacó?
Por eso da risa esa pose de arrogancia que asume hoy Pinilla ante los medios, y esas promesas politiqueras que pregona sin vergüenza. Ese es un cargo desde el cual poco se puede hacer a favor de las obras, pues las decisiones están en los verdaderos órganos de poder. Pero mucho se puede hacer para truncarlas, ya que en esas instancias jerárquicas existen las posibilidades de interponer grandes obstáculos, en lo cual parece ser un experto Pinilla quien, más que el alumno brillante, es una metástasis latente del exministro Cardona.
Por otro lado, sí me alcanzo a imaginar el contubernio entre la Corporación Cívica de Caldas y este vicepresidente para oponerse a que las pocas obras en Caldas sean ejecutadas por ingenieros no afectos a los intereses de ese directorio político-cuasi cívico. Ya he de ver esa Corporación destruyendo la vida pública de quienes se ganen las obras y no pertenezcan a sus aportantes, o destruyendo a priori a quienes pretendan concursar en franca lid y representen un obstáculo para sus miembros.
De manera pues que, muy bueno por la persona de Pinilla que haya llegado a este cargo. Ojalá sea de una alta remuneración y le permita vivir cómodamente alejado de esta ciudad que cada cuatro años dice querer y a la cual promete dedicarse. Pero qué pesar de Manizales y Caldas que tengan que permanecer amenazadas por la posibilidad de la perversión de un hombre que tanto daño nos causó en la pasada campaña para la alcaldía, y con la posibilidad de que la Corporación Cívica de Caldas tenga línea directa con alguien que, desde un cargo de mediano poder para hacer, pueda disponer las cosas para destruir. ¡Qué peligro!
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El próximo viernes 29 de junio, en la Universidad de Caldas, se llevarán a cabo las votaciones para que la comunidad manifieste sus querencias sobre el próximo Decano de Ciencias Jurídicas y Sociales. Dentro de los opcionados está Leonardo Orozco Osorio, extesorero de Manizales, y quien lleva años dedicado a la academia universitaria. Sería muy alentador tener como nuevo decano a este economista que ha demostrado conocimiento, amor institucional y acople administrativo. Tiene el Rector la última palabra al respecto.
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