Fueron publicados los resultados de las pruebas de educación PISA. No hay un solo medio que no haya dedicado parte de sus líneas o tiempo al análisis de estos interesantes datos. Unos con indignación, otros con optimismo. En cualquier caso, no es para menos, pues las pruebas PISA constituyen hoy, la mejor fuente de información comparable para evaluar la calidad de la educación que reciben los jóvenes de un país.
Es importante por lo tanto, explicar en qué consiste esta prueba además de hacer un breve análisis de los resultados para Colombia y en particular para Manizales.
PISA que por sus siglas en ingles significa Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes, es un examen creado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico) y diseñado por el científico Andreas Schleicher. A diferencia de otros exámenes, esta prueba no tiene que ver con el currículo de los colegios, ni cuánta información se aprendió el estudiante de memoria, ni cuántas ecuaciones sabe. En cambio, la prueba se enfoca en evaluar en qué medida los estudiantes pueden aplicar su conocimiento a situaciones de la vida real en el mundo actual. PISA nació para medir qué países estaban preparando a sus jóvenes a pensar y a comunicarse de manera eficiente.
Las pruebas evaluaron 510 mil estudiantes de 15 años que representan 25 millones de jóvenes de 65 países en el mundo. En Colombia participaron 9.073 estudiantes representando 560 mil jóvenes de todo tipo de instituciones educativas (oficiales, privadas, urbanas y rurales).
Los resultados, aunque no sorprendentes, sí resultan interesantes. Como era de esperarse, en matemáticas los asiáticos (Shanghái, Singapur, Hong Kong, Taipéi, Corea, Macao y Japón) están en la punta del pelotón. Shanghái va volando con 613 puntos, 119 por encima del promedio de los países OCDE, lo que equivale a tres años de más estudio.
Polonia es un caso excepcional y un ejemplo a seguir. Mientras en el 2006 ocupaba en el puesto 25 en matemáticas, hoy está en el puesto 14. En una década el país logró convertirse en un modelo en materia de reforma educativa. Miroslaw Handkge, ministro de educación de dicho país en 1997 logró esa importante labor, y hoy el país está en los primeros lugares en todos los rankings.
Continuando con los resultados, Finlandia hace dos revolucionó su educación, y sigue estando en los primeros lugares en esta misma área.
En lectura, Shanghái, Hong Kong, Singapur, Japón y Corea son los mejores. Japón y Taiwán escalaron fuertemente, mientras Suecia y Eslovenia cayeron.
En ciencias, Shanghái, Hong Kong, Singapur, Japón y Finlandia puntean los resultados.
Latinoamérica continúa de la mitad de la tabla para abajo. El mejor latinoamericano es Chile, seguido por México y Uruguay, aún bastante lejos de los promedios OCDE.
Los puntajes de Colombia, superiores a los del año 2006, fueron 376 en matemáticas, 403 en lectura y 399 en ciencias, mientras que el promedio de los países OCDE fue 494, 496 y 501, respectivamente.
La brecha entre hombres y mujeres en Colombia es significativa. Los hombres obtienen puntajes significativamente más altos que las mujeres. En matemáticas la diferencia son 25 puntos y en ciencias 18. Ambas diferencias son las más altas de todos los países de la muestra.
La brecha urbano-rural en Colombia fue superior al promedio OCDE, pero inferior a gran parte de los países de América Latina (Perú, Chile, México).
Mientras tanto, la brecha colegios públicos/privados es alta, pero cuando se controla por nivel socioeconómico pierde significancia. Es decir, si un joven de alto estrato socioeconómico estudia en un colegio público, sus resultados en la prueba serán altos y similares a los que tuviera ese mismo joven en un colegio privado. Entretanto, y desafortunadamente, un joven de bajo estrato socioeconómico tendrá malos resultados sin importar si estudia en un colegio público o privado.
Por su lado, Manizales está por encima del país y de las otras ciudades que decidieron someterse a una sobre-muestra para tener representatividad. Paradójicamente el buen resultado de Manizales en PISA, contrasta con el pésimo resultado en el ranking de las pruebas Saber. El mejor colegio de la ciudad se ubica en el puesto 131. Parte importante de esta aparente paradoja puede radicar en la abismal diferencia de lo que miden ambas pruebas. Mientras Saber mide la formación de los estudiantes exclusivamente para acceder al siguiente nivel de educación (universidad o educación superior), PISA mide qué tan hábiles son los jóvenes de 15 años para pensar de manera creativa y solucionar problemas que enfrentarán en el mundo real. Este es el problema de los rankings. Hay que saberlos leer y no siempre es sencillo.
El trabajo PISA es tremendamente útil para una región como la nuestra, no tanto para compararse sino para medir la efectividad de cualquier reforma educativa.
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