La familia viene a ser la matriz generadora de vida, que imprime unas huellas que durarán consciente o inconscientemente para toda la vida.

Sorprendida me encuentro por la confusión que existe hoy en gran cantidad de personas acerca del concepto de familia, y por lo tanto, del desorden que puede significar esta ignorancia en su estilo de vida; este descubrimiento lo vengo haciendo a través de los distintos contactos que me proporciona mi profesión, cuando tengo la oportunidad de profundizar un poco acerca del tema; desafortunadamente la gente camina queriendo expresar lo que siente y lo que ve, y queriendo generar a la vez ayudas para las cuales no dispone de herramientas adecuadas, debido a que el bombardeo de información distorsionada, lo lleva a no distinguir entre lo fundamental y lo secundario, los hechos de las opiniones, lo esencial de lo accidental, y así se mueve hoy la sociedad, en una serie de divagaciones acerca de algo tan esencial como lo es la familia; por lo tanto y a propósito de este tiempo, en que desde los distintos estamentos se convoca para destacar este tema, me he dado a la tarea de aclarar el asunto, esperando desde luego que su abordaje en esta fecha, se haga desde lo que realmente nos sirva para ayudar a una sociedad, que está a la búsqueda de una paz que no consigue.

“La familia es una comunidad de personas, que surge de la decisión libre y responsable de un hombre y una mujer, que unidos por lazos de amor sin límite de tiempo, y movidos por valores comunes cuyas diferencias los llevan a la unidad, se comprometen con la educación de sus hijos”.

Enfrentados a una definición tan real como ésta, es natural que nos asombre un contenido que contradice los dictados de la sociedad del momento, pero es que es aquí donde radica el meollo del asunto, ya que dentro de esta concepción de familia, se desmorona al hombre light, se desvirtúa el mal llamado y acogido binomio felicidad-placer, se sustituye libertinaje por libertad responsable, se desmonta el concepto de amor egocéntrico, centrándolo en un amor dialógico que busca el bien del otro, haciendo de ese otro la mejor versión de sí mismo; esta concepción de familia, también contrapone a la igualdad hombre-mujer que científicamente no puede ser, la complementariedad desde la masculinidad y la feminidad, diferencias acreditadas desde la misma composición cerebral, desde sus formas deductiva e inductiva de llegar al conocimiento respectivamente, desde un recorrido histórico y cultural, que nos deja ver a un hombre y una mujer antropológicamente en funciones y acaeceres de diversidad, que son innegables; esta definición de familia también despeja el hecho de que padre y madre eduquen a sus hijos aportando su feminidad y su masculinidad, importante para la identidad sexual de los chicos, y además asienta a la familia en una educación centrada en mantener los valores como puntos de referencia para el cambio, teniendo en cuenta que la vivencia de los valores, exige la aceptación del ser amado afirmándolo como tal, y haciendo aprendizajes mutuos en lo que podríamos llamar el lleno de las propias carencias, donde el amor nace sin límite de tiempo.

Toda esta expresión vital de lo que es familia, nos ofrece también los antídotos nucleares para los desórdenes del momento como son: la concepción equivocada de un amor ganancioso y egocéntrico, en el que la responsabilidad por lo que cada uno es frente al otro, se diluye en los reclamos y la exigencia en el recibir de la misma manera en que se da, amor competitivo egoísta y placentero, que rompe la dinámica del verdadero amor, ocasionando las rupturas 'tempranas o en la edad mayor, que hoy brotan sin atender a las consecuencias y daños de futuro, solo importa el hoy con sus comodidades inmediatas y ya está, pues la renuncia gustosa que debe acompañar esta relación de amor, se viene remplazando por mi espacio, mi gusto y mi querer.

Los roles de papá y mamá como tales no se dan, ya que hoy asistimos a una presencia bonachona de papá, temeroso de mostrar sus actitudes de papá-papá, olvidándose que en su actitud varonil, se gesta la autoestima, la inteligencia emocional y el carácter de sus hijos que los harán felices en un mañana; por esto al ejercer las diferencias hacia el interior de la familia, estas diferencias los llevan a la unidad y a la mejor educación de los hijos de una manera integral, tal como lo deletrea la definición dada al principio.

Estimado lector: Lo invito a reflexionar fríamente sobre este concepto de familia, con la seguridad de que podrá desgajar de allí, muchas claves en la solución de la realidad que nos rodea; me preocupa enormemente, la mucha divagación que se está librando desde las más altas instituciones, respecto a la verdad acerca de este tema, divagaciones que solo contribuyen a implementar la violencia intrafamiliar, la depresión, el consumo de sustancias psicoactivas, la mudanza facilista de pareja buscando lo mejor de manera egoísta, y todo aquel arsenal de viscosidades que dejan al azar a esos diamantes por pulir que nos ha regalado la vida: los hijos.

No caben dentro de esa definición las composiciones familiares sin padre ni madre, es cierto, lo cual no quiere decir que ellas no sean familias y no tengan derechos, resulta que estas también son familias, lo que ocurre es que son familias generadas a raíz de circunstancias especiales, y que por lo tanto, no se pueden tener como un referente ideal para atender a las deficiencias que hoy nos ocupan, y que si no caminamos despaciosamente rápido en su solución y restauración, cada vez más caemos en el abismo de un mundo zigzagueante, relativista, a medias, que es el que les estamos dejando a nuestros propios hijos y nietos.

Desde luego que es indispensable acoger y ayudar a estas familias nacidas en circunstancias especiales, pero también es cierto que su conformación riñe con la inmutabilidad de su esencia, tal como ocurre con una copa de cristal que no es igual a las demás de la vajilla, y que por lo tanto no nos sirve de modelo para su presentación; solo quiero dejar claro mis amables lectores, que hacer familia no es tan fácil, y que quienes tenemos a nuestro cargo este tema, debemos reflexionar primero, y ubicarnos de manera más profunda y más aterrizada para brindar las ayudas adecuadas, y no distorsionar una Institución que como la familia, constituye el núcleo primario donde se forma la persona como ser humano integral, biosicoespiritual, con capacidad de decidir y actuar libremente, ya que es en la familia donde el niño adquiere su identidad, toma conciencia de su ser, de su género, de sus costumbres y creencias; es en su seno donde se adquieren los aprendizajes primarios para la vida, se desarrollan los comportamientos y se dan las bases para el relacionamiento social, a partir de las mismas relaciones que constituyen la dinámica familiar; allí se instalan los esquemas cognitivos, volitivos y afectivos que darán paso a su felicidad, entendida como aquella capacidad para llegar a ser mejores personas, en otras palabras, edificar la mejor versión de sí mismos, como respuesta a un ejercicio adecuado de la libertad interior. La familia viene a ser entonces la matriz generadora de vida, que imprime unas huellas que durarán consciente o inconscientemente para toda la vida.

Así que yo quisiera desde aquí, llamar a una toma de conciencia acerca de la emergencia en que el hombre de hoy se debate, al poner en jaque a la familia como núcleo primario donde el ser humano construye su intimidad, con su inteligencia para pensar, su corazón para amar y su voluntad para actuar, haciéndose persona libre en la toma de sus decisiones, aún para decidir en algún momento no se libre. Este es un mensaje escrito con letras de molde, que exige replantear posturas, divisar el horizonte mas allá de la orilla, y poner despertadores a tiempo, antes de que sea demasiado tarde.