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Hace más de un año tenía gran expectativa por esta película, los rumores en la red y en las páginas especializadas alimentaban cada vez más el misterioso ámbito alrededor de ella. Lo que se sabía era que sería filmada en 3D, estaría dirigida por el grandioso Ridley Scott y que habían escogido para protagonizarla a Noomi Rapace. Para contextualizar la anterior información, el señor Scott es el artífice de producciones de culto en la historia reciente del cine como Alien, el octavo pasajero (1979), Blade Runner (1982), Black Rain (1989), Thelma y Louise (1991), 1492: La conquista del paraíso (1992), Gladiator (2000), Hannibal (2001), American Gangster (2007) y Red de mentiras (2008), lo que nos muestra no solo la versatilidad de Sir Scott como director, sino su toque mágico en estas producciones nominadas y ganadoras de infinidad de premios. Sir Scott en sus películas crea una interesante mezcla entre entretenimiento visual y profundidad conceptual. Los personajes inmersos en mundos cargados de complejidad poseen unas personalidades fuertes, elaboradas con matices que delinean perfectamente lo que cada uno hace en esos universos a veces duramente reales o majestuosamente ficticios. Cada protagonista del historial cinematográfico de Scott ha marcado un punto exacto en el imaginario del séptimo arte, de ahí que ser escogido por el director para el desarrollo de uno sus proyectos es un honor inmensurable para los afortunados actores. Acá tiene cabida la señorita Noomi Rapace, a quien conocimos como la Lisbeth Salander de la trilogía Millenium (2009) en las películas originales suecas y de la que ya se hizo la primera parte en el cine americano conocida como La chica del Dragon Tatuado (2010). Ese personaje de Salander, perfectamente interpretado por Noomi, la catapultó a la fama, pues supo dimensionar dramáticamente la descripción oscura y tierna que el señor Larsen presentó en su libro inicial: Los Hombres que no amaban a las mujeres.
Así pues, la dupla Rapace-Scott ya era un punto ganador para el desarrollo de Prometheus, al menos en cuanto a calidad interpretativa. Cabe anotar que inicialmente se planteó la película como una precuela de Alien, pero el mismo Scott le definió como "una compañera del ADN de El octavo pasajero". Prometheus es una película majestuosa, tecnológicamente brillante, bien escrita, parece lenta en algunas secuencias, pero es la manera de profundizar en la psiquis de los personajes, eso la hace también una película inteligente y hoy en día eso es muy valorable. Para el buen cinéfilo es un placer encontrar en ella muchos guiños respecto a la cinematografía de Scott y al tiempo comprender el giro de la historia y la forma como retoma aspectos tan importantes planteados en Blade Runner, Alien y 1492.
Prometheus puede no ser la película que a todos les guste, las actuaciones pueden chocarle a otros (especialmente la de Charlize Theron, calificada por algunos como plana, a mi parecer absolutamente justificable), pero hay que verla con ojos más críticos y desde la óptica del entendimiento, no solo del disfrute. Además la tercera dimensión le aporta muchísimo a la experiencia. No se queden con los comentarios de algunos medios, experimenten por sí mismos este film, sin preconceptos, sin críticas, sin nada que impida deleitarse con esta genial pieza del cine de hoy.
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