Absurdo que a éstas horas el Once Caldas sigue sin técnico, o que apenas lo determine este fin de semana, y que el más cercano sea un hombre que desconoce por completo la actualidad del medio, y a quien debieron citar para tratarlo al menos de manera personal.
Y en esa confusión, vuelven y hablan de nuevos candidatos como Wilmer Cabrera o Carlos Silva, lo que demuestra que la contratación del timonel no atiende a una idea definida de juego ni a un proyecto específico de crecimiento, sino al cubrimiento de una necesidad.
Si no es Hoyos, la baraja por obvias razones decantaba en Arturo Boyacá el segundo aspirante, pero ahora resultan otros nombres, aunque al parecer lo del argentino se cerraría con una rebaja en sus pretensiones que están por encima de los 40 mil dólares mensuales.
Qué novela, y el tiempo avanza, y en lo deportivo un plantel insuficiente y perdedor integrado por los mismos jugadores que vienen de fracasar con esa deshonrosa posición 17 en la primera parte del torneo, y orientados al retornar a prácticas por el responsable de esa vergonzosa campaña.
Sin refuerzos, y con mínima capacidad de inversión en ese sentido, el Once Caldas ya debía tener un observador dentro de las posibilidades de negocio por adelantar, lo que no se ha hecho porque aparte de la tardanza y la inefectividad para escoger técnico, solo el lío económico tiene eco en las funciones directivas.
Y curioso lo que plantea el presidente en el sentido de armar un gran cuerpo técnico, (dijo que ojalá extranjero) sin una revisión clara y concienzuda de los antecedentes inmediatos de tantos de afuera que han pasado sin pena, y en el entendido de que se requieren son buenos jugadores.
Léase ómar Labruna, Daniel Carreño, Ricardo Martínez, o Rubén Darío Insúa en el Cali, Martín Lasarte y Richard Páez en Millonarios, o Ramón Cabrero y Reinaldo Merlo en Nacional, con más trayectoria inclusive que el mismo Hoyos, y quienes abandonaron el país sin dejar huella.
Sin embargo, y en un acto de generosidad extrema, Arturo Boyacá al ser consultado sobre sus posibilidades con el Once Caldas y la rivalidad frente al argentino Hoyos quien fue su jugador tanto en el Tolima con en el Minerven de Venezuela, dio referencias muy positivas.
El extécnico de Santa fe lo calificó como líder, inquieto por el aprendizaje, y hombre de escuela que ha estado cerca del Barcelona. De verdad me sorprendió la forma como lo hizo por mis dudas acerca de su adaptabilidad a un medio especialmente difícil como el nuestro, y por preferencia hacia los entrenadores criollos.
Pero que resuelvan, y aceleren el paso siguiente que es la contratación de nuevas caras, porque exceptuando los arqueros Neco y Henao, los laterales Ramos, Casierra y Núñez, el central Amaya, y los volantes Avimeleth y González, el grupo es ‘tiernito’, apto para competir en la B.
Por qué será que al Once Caldas todo le llega tarde. Habían anunciado para esta semana la ley de insolvencia, y el proceso apenas está en marcha, a sabiendas de lo que urge para los movimientos financieros que se avecinan, que en condiciones normales deben dar un respiro.
Caso contrario, el listado de Supersociedades que relacionó los equipos con mayores deudas, en el que ahí sí el Once Caldas aparece como el mayor acreedor. Pero seguimos igual, en las mismas manos, con pocas voces de protesta, y esa esperanza infinita de cambio.
Hasta la próxima…
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