(Palabras para presentar el libro Pasión & Patria, de Ángel María Ocampo Cardona, en el Segundo Encuentro Nacional de Escritores “Bernardo Arias Trujillo”, en Manzanares, Caldas.).
Parece una constante histórica la paradoja vital de grandes hombres de letras que murieron tempranamente, no obstante lo cual dejaron una obra, si no muy extensa, sí intensa y profunda, lo que garantizó su permanencia en la memoria de los pueblos. Poe, Byron, Silva... son algunos ejemplos, a los que podemos agregar el nombre de Bernardo Arias Trujillo, quien vivió apenas 34 ó 35 años, suficientes para haber cultivado su inteligencia con el Derecho, la Diplomacia, el Periodismo y la Literatura, disciplinas todas en las que brilló y dejó la impronta de su carácter, su talento y su creatividad. Fue un abogado de ideas innovadoras en la administración pública, no siempre aceptadas por contradictores obtusos; debatió asuntos internacionales de límites fronterizos entre países suramericanos, generadores de conflictos, acudiendo a notables tratadistas y pensadores para buscar consensos; vapuleó a los políticos engolados en anacronismos sociales con editoriales panfletarios, que le generaron animadversiones furibundas; y escribió poesía clásica de elevada inspiración y narrativa de matices ondulantes, que recrean la magnificencia, como cuando se navega en las nubes, desde donde solo se ve lo bello que hay en el mundo.
El autor de este libro, Ángel María Ocampo Cardona, es un intelectual versátil: maestro, ensayista, investigador y teórico de temas educativos e historiador, que labora con eficiencia desde su discreto discurrir vital, ajeno a mesas de bohemia y a cenáculos megalómanos, donde se agitan incensarios para aromatizar los egos de quienes participan en ellos.
Ocampo, en su libro, nos informa que Bernardo Arias Trujillo, vino al mundo en Manzanares de forma circunstancial, pues su padre fue uno de esos funcionarios oficiales de antaño que, como algunos comerciantes viajeros, se movían por distintas poblaciones y en ellas tenían a sus hijos. Que estudió en Bogotá con el apoyo de alguien y con más vocación que recursos. Que se radicó en Manizales, donde sirvió a la administración pública desde modestos cargos, escribió buena parte de su obra y cruzó aceros en la política, defendiendo la causa del radicalismo liberal. Que fue diplomático en la Argentina, al lado de un ideólogo de la orilla opuesta de sus ideas, pero intelectual que le reconoció su valor. Que fue a los Estados Unidos y a Europa, y aprendió a dominar la lengua inglesa, al punto de hacer una reconocida traducción de la Balada de la Cárcel de Reading, de Wilde. Que leyó y asimiló a los clásicos y a los más destacados autores de su época. Que buscó para su obra el beneplácito de maestros como el gran Carrasquilla. Y que se recogió en una paradisíaca finca del valle de Sopinga, para escribir su novela “Risaralda”, cuyos hermosos pasajes todavía revolotean en la memoria de las lecturas juveniles, como el canto de la negra Canchelo: “Morena eres porque el sol te besó, y codiciada como fruta en sazón, porque tienes el perfume afrodisíaco de las leonas del desierto”.
* Pasión & Patria. Ocampo Cardona, Ángel María. 2ª Edición, Manizales, 2011.
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