Todos a veces soñamos con un cuerno de la abundancia como el de la cabra Amaltea, nodriza de Júpiter. Según el mito, de ese cuerno salían profusamente piezas de oro, flores, frutos y hermosas joyas.
Pero ese cuerno no está en la lotería ni en una guaca, está en el trabajo constante, la entrega y las sabias decisiones. La vida nos demuestra que lo que fácil llega fácil se va y que en el plano espiritual no hay atajos.
Por lo mismo, no te engañes buscando abundancia de riquezas, mejor busca y brinda amor en abundancia. Lo que te debe afanar es la paz del alma que, según los sabios, es la verdadera felicidad. Eres tan rico como el amor que das y recibes.
De hecho, distintos estudios muestran cómo la felicidad no crece a medida que crece la riqueza. Es bueno no tener carencias materiales, pero es mucho mejor no sufrir con carencias afectivas y espirituales y ser rico en valores. ¿Lo ves claro?
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