Las siguientes personas se amaban, confiaban y, por eso, el pesimismo de otros no frenó sus ímpetus para sobresalir:
"Este niño es torpe y no debería asistir más a la escuela" dijo una maestra de Edison.
"Este alumno es muy soñador y hace preguntas estúpidas" afirmó un educador de Lincoln.
"Albert es mentalmente lento, poco sociable, mal estudiante y ojalá lo sacaran de la escuela", dijeron de Einstein.
"Tú tienes voz de papagayo y no tienes ningún futuro musical" le aseguraron al tenor Caruso.
"Esta niña me preocupa por la curiosidad que tiene sobre los insectos", se dijo de Amelia Earhart pionera de la aviación.
Y de la escritora Louise May Alcot se afirmó: "nunca escribirá nada que valga la pena".
¿Conclusión? Cree en ti mismo, trabaja con tesón y no dejes que los juicios de otros apaguen tu fuego interior.
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