Entre 2005 y 2010 Colombia perdió 2.380.000 hectáreas de bosque, o sea, el tamaño de Cundinamarca.
A ese ritmo, en 2030, una quinta parte del Amazonas colombiano habrá desaparecido.
Claro que sobre eso no dice nada Uribe que en esos años gobernó con la cacareada confianza inversionista.
La verdad es que muchas inversiones se dieron con escandalosas exenciones y en contra del medio ambiente.
Con él fue horrible el manejo de la minería y en los últimos años el país expidió más de 9.000 títulos sin ningún control.
De ellos más de 400 en zonas de páramos, 34 en parques naturales y 108 en reservas forestales.
Los colombianos, tan aguantadores, debemos exigir del gobierno acciones serias en bien de la tierra y el agua.
O despertamos y actuamos o a los niños les dejaremos un mundo árido, sin agua, sin verde y sin vida.
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