Empecemos por reconocer el cansancio como un estado emocional que nos puede afectar como personas, como grupo familiar, como organización, como sociedad; ese sitio donde sentimos que no tenemos fuerzas para seguir luchando, donde parece que el combustible se agotó y no hay dónde abastecerse de nuevo. Es cuando decimos ‘no puedo más’ y dejamos de intentarlo porque ya hemos comprobado que no somos ‘capaces’.
¿Cuántos de nosotros hemos dejado de intentarlo porque perdimos la confianza en nosotros y en los que nos rodean? ¿Cuántos de nosotros estamos esperando que un milagro cambie el rumbo de las cosas? ¿Cuántos de nosotros estamos simplemente resignados a que pase lo que ‘tenga que pasar’? ¿Cuántos de nosotros estamos repitiendo, sin ser conscientes de ello, los mismos patrones de comportamiento que, por supuesto, nos llevan al mismo resultado?
Y no pasa nada hasta que no abramos los ojos y seamos conscientes del lugar en el que estamos; cuáles son las herramientas con las que podemos contar, cuáles son las que nos hacen falta y cuál es el equipaje del que necesitamos deshacernos. No importa que nos quedemos un poco desnudos ante la realidad, a veces es mejor estar ligero de equipaje que con muchas cosas que nos estorban y no nos permiten avanzar o continuar pensando que estamos bien cuando en realidad no lo estamos.
Hecho este primer reconocimiento, revisemos cómo llegamos hasta aquí; por más difícil que haya sido el camino, seguramente encontraremos muchas cosas valiosas, podremos reconocer las lecciones aprendidas y también los caminos que no necesitamos volver a recorrer. Es posible que nos hayamos equivocado, que hayamos tomado malas decisiones, que no hayamos aprovechado todas las oportunidades que hemos tenido. En este punto lo mejor que podemos hacer es reconocer que hicimos lo que pudimos con las herramientas que teníamos, en ese momento; quejarnos y culparnos solo son anclas que nos atan al pasado y no nos permiten hacernos cargo del presente.
Hacerse cargo es, en primer lugar, reconocer que estamos en un momento complicado que podría ser una crisis, pero también podría ser una gran oportunidad para capitalizar todo lo que hemos aprendido y abrir nuevas posibilidades. La palabra crisis en japonés (??=kiki) está compuesta por los caracteres ?="peligro" y ?="oportunidad". Los japoneses siempre intentan buscar algún beneficio ante situaciones difíciles; su manera de enfrentar la crisis nos ha enseñado grandes lecciones sobre solidaridad, colectividad, orden, obediencia a la autoridad, planificación, prevención y respeto.
Prefiero utilizar la palabra ‘quiebre’ en cambio de problema, dificultad o crisis; porque al decir quiebre simplemente estamos haciendo evidente que pasó algo que afecta de manera importante nuestras condiciones o también podríamos estar diciendo que necesitamos propiciar un cambio significativo en la forma en que estamos haciendo las cosas en algún ámbito de nuestra vida. Cada vez que aparezca la palabra problema en su mente, mírelo como una oportunidad o simplemente piense en esta situación como un quiebre, algo que interrumpe la transparencia en su vida cotidiana.
Ahora revisemos cuál es el quiebre más grande que ha enfrentado o está enfrentando, en su vida personal, en su espacio profesional o académico, en su familia, en la ciudad, en la región ¿Cómo describiría el momento: cuáles son los aspectos positivos y/o negativos de esta situación? ¿Cómo llegó, o llegamos ahí? ¿Cuáles son las lecciones aprendidas en este recorrido? ¿Por qué vale la pena seguir intentándolo?
Podemos seguir quejándonos del cansancio y la impotencia por no ser capaces de movernos a un sitio diferente o podemos hacernos cargo y encontrar nuevas posibilidades. Posiblemente necesitaremos una buena dosis de creatividad e innovación, pero más importante que las capacidades individuales, será la capacidad que tengamos de pedir ayuda, de encontrar aliados para nuestra causa, de escuchar nuevas alternativas y sobre todo de estar dispuestos a correr riesgos.
Quedarnos donde estamos es el camino fácil que ya conocemos; encontrar nuevas posibilidades nos saca de nuestra zona de confort y nos expone a situaciones nuevas, nos hace sentir vulnerables. Puede que nos equivoquemos pero, sin importar cuál sea el resultado, habremos aprendido algo porque fuimos capaces de superar el cansancio y explorar un nuevo territorio.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015