Héctor Palau *
LA PATRIA | Londres
Los momentos de los juegos Olímpicos aquí en Londres, los he registrado en mi cámara, en la grabadora, pero ante todo en la mente, y aunque tengo una memoria flojita, estoy seguro que nunca se me borrarán.
Como olvidar el gesto de Jury Alvear en el momento en que vence a la China F.Chen en la disputa por la medalla de bronce del judo 70 kilogramos. Linda postal me quedó de la vallecaucana en el piso, mirando al cielo como ella misma lo describió como queriendo encontrarse con el todo poderoso, para abrazarlo y decirle, gracias mi Señor.
Fue lindo el gesto, puro, de amor de felicidad, de gratitud, un rostro especial el de Jury, la gran Jury que ya no quería llorar como si lo hizo cuando la derrotó la Francesa Decosse en los cuartos de final de la misma disputa.
Me quedo con esa imagen por el lado colombiano seguro, pero en mi mente siempre estará el de Rigoberto dándole al manillar como queriendo decir quería el oro. Podía tener el oro, se lo merece Colombia.
O el simpático gesto de Caterin Ibarguen que mostraron las pantallas gigantes del estadio olímpico cuando saltó sus 14,80 para meterse por la plata en su ultimo intento. Envuelta en la bandera de Colombia, la palmera caminó hacia su técnico y con una sonrisa inmensa, le compartió el fruto de un trabajo que solo ellos dos saben cuanto esfuerzo significó, pero también cuanto representa.
La postal que nos regaló Óscar Figueroa, nuevo recordista olímpico de los 62kilogramos, cuando en su último intento levantó los 177 kilos, finalmente lo suficiente para aportar la medalla de plata a nuestro país.
Esos mensajes jamás los olvidaré, pero hay otros que marcan estos Juegos, como el de Felix Sánchez cuando sonaba su himno nacional, el de República Dominicana. Explotó en llanto, y el público en medio de su himno, le entregó un sonoro aplauso en medio del protocolo.
La derrota de Isinbaieva en el salto con garrocha. La hermosa rusita perdió con dignidad, se quedó con el bronce, pero acompañó como grande que es a la campeona. Fue por todo el estadio envuelta en la bandera rusa y la dorada Jennifer Suhr en la bandera de su país Estados Unidos y en el otro lado la bandera de Cuba para Yarisley Silva, dueña de la medalla de plata, que gallardía.
El dolor de Liu Xian, el chino campeón del mundo de los 110 vallas quien al partir para la última serie de clasificación de la prueba, siendo el enorme favorito, atropelló la primera valla y rodó por el piso para quedar eliminado. Sus compañeros vinieron luego al rescate y lo acompañaron llevándolo casi cargado hasta la zona médica.
Aquí los grandes han salido derrotados, pero ante todo han dado una lección de grandeza digna de imitar.
En cada escenario, el público aplaudiendo a ganadores y perdedores, un público que llena a todo momento los campos, mostrando una cultura envidiable un reconocimiento inmenso del deporte.
Los Olímpicos son grandes no solo por las marcas, lo son por su publico, son grandes por gestos que muestran un mundo unido, la gallardía del deporte.
Vine a Londres a aprender, a gozarme los Juegos, a informar, y ante todo ahora me siento más orgulloso de la grandeza del deporte con el cual estoy conectado las 24 horas del día.
* Enviado especial de Antena Dos de RCN a Londres 2012.
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