Cada que transito por la inconclusa Autopista del Café, principalmente entre las ciudades de Manizales y Pereira, o viceversa, veo como los manizalitas, a pesar de la fama que de conservadores tienen entre quienes solo creemos conocer sus apetencias de comportamiento desde la lejanía, contradicen esa fama pues son poquísimos los automovilistas que recorren esa ruta "conservando la derecha", como lo debe hacer cualquier mortal que transite por una doble calzada en un país medianamente civilizado. Los gentiles hijos de Manizales, o por lo menos los que conducen coches con placas expedidas en dicha ciudad, se empeñan, contrariando no solo sus supuestas condiciones de gentes con costumbres de "derechas" sino todas las reglas de tránsito vigentes en los códigos de ídem, en transitar por el lado siniestro de la vía causando, a quienes estamos acostumbrados a conducir cumpliendo con las más elementales normas de circulación, unos sustos y un desconcierto peor que los que podemos percibir cuando nos encontramos presenciando una corrida "con jiribilla". Sin mencionar, claro está, el peligro que esta conducta supone para todos aquellos que usan la moderna vía.
Y ahora que menciono la palabra "jiribilla", que entre otras cosas no aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, pero que los taurinos usamos con una naturalidad pasmosa si queremos referirnos a la "mala leche", al peligro, a las malas ideas, al sentido desarrollado con "mala uva", al genio maldito de un encierro o de un toro, viene a mi memoria el cúmulo de reses que antes, digamos de quince años para atrás, salían al ruedo con esta condición de manera por demás marcada. En la actualidad resulta sumamente escaso ver saltar a la arena un animal que demuestre esa malintencionada raza, esa "perfidia", para usar un término que esté a tono con la figura penal con que pretenden acusar al exdiputado y exsecuestrado señor Sigifredo López, siendo la definición de perfidia, a la luz del diccionario de la Real Academia, "el quebrantamiento de la fe debida".
¿Será, me he preguntado yo muchas veces, que los ganaderos, no solo colombianos sino del mundo, en su afán de volver sus toros comerciales, de transformarlos en animales apetecibles para las figuras han cambiado las pautas de calificación y están dándole mayor importancia a ciertas características que van de la mano del toro moderno, del Toro Artista, del pastueño, del dócil y comercial y han dejado de lado o le han restado importancia a algunas condiciones de casta y bravura que cuando se deforman pueden caer, degenerar, convertirse, en casos aislados claro está, en mala uva, en peligro, mejor dicho en "jiribilla"?
Este es un buen e interesante tema para plantearle a los criadores de reses de lidia y la oportunidad nos la va a dar el ganadero local Miguel Gutiérrez Botero, quien como Presidente de Astolco, que es la Asociación de Criadores de Toros de Lidia de Colombia está organizando el próximo Congreso Mundial de Criadores de Toros Bravos, que tendrá lugar a principios del año entrante en las ciudades de Medellín y Manizales y a decir del organizador será un evento al que podrán asistir no solo profesionales de la crianza del toro, sino todas aquellas personas que tengamos interés en el tema taurino. Interesante foro, ¿no te parece mi querido Juan José?
Recibe un abrazo de tu amigo. El Fraile.
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