La cobertura en salud del 100% es un ideal, un derecho social y una obligación del Estado. Lo triste, por expresar lo menos, es que en la actualidad no se tiene realmente una asistencia médica para todos los colombianos. ¿Para qué cargan los ciudadanos papeles en donde se les certifica un derecho? El documento no deja de ser un papelito que vale nada o poco ante las autoridades sanitarias encargadas de la atención en salud.

Calidad es un concepto complementario, el cual indica que lo ofrecido en atención en salud es lo mejor que puede lograrse para su persona y padecimiento lo que incluye un personal de salud con pericia, diligencia y prudencia; garantiza que se cumplan los procesos estandarizados, que la infraestructura sea óptima, que los equipos e insumos estén debidamente autorizados y se cumpla el adecuado y oportuno sistema de remisión y contra remisión de pacientes.

Cobertura y calidad deben estar en paralelo. ¿Qué primero? Difícil definirlo pero todo ser humano merece al menos cuando lo necesita una atención inicial básica dada directamente por el personal de salud o delegado bajo estrictas condiciones y solo en casos muy definidos. No puede concebirse calidad sin cobertura. ¡Es una desigualdad absurda!

Ahora la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha enunciado 10 consideraciones que deben tenerse en cuenta por las sociedades y sus gobiernos que aspiren a definir y asegurar cobertura en salud, sin visos de politiquería ya sea en campaña electoral o sin ella, o simplemente como anuncios de gobiernos o instituciones sin ningún respaldo técnico ni financiero para cumplir lo ofrecido.

Debe asegurarse una cobertura universal (100%), que indica que todas las personas pueden utilizar los servicios de salud sin problemas financieros. ¡Estamos lejos!

Todos los habitantes, independientemente del género y edad, tienen derecho a acceder a los servicios de salud que las autoridades sanitarias han definido para cada nivel de atención. ¡Y, tanto que se conculcan!

Se calcula que cada año 100 millones de personas caen en los rangos de pobreza por los pagos directos que deben hacer para obtener atención en salud. ¡Inmensa responsabilidad del Estado!

Es indispensable que la población, por solidaridad, comparta costos para la atención en salud. Con ello se logra cobertura y se puede llegar a la calidad. ¡Todos somos responsables en comunidad!

Los países, ricos y pobres, buscan recursos para el cuidado de la salud de sus ciudadanos. Los ricos los dedican a la tecnología de avanzada, la verdadera y no las falsas, y los de menos a mantener una atención básica universal. ¡No pretender lo que no se puede!

Es necesario que el Estado, más que los gobiernos de turno, den mayor prioridad en sus presupuestos a la inversión en salud, no es un gasto. ¡Una necesidad en Colombia!

Los países pueden mejorar los recaudos de impuestos para dedicarlos a la salud. El alcohol, el tabaco y los juegos de azar podrían pagar más impuestos. ¡En Colombia todos los impuestos deben ser proporcionales y acabar con las exenciones injustas sin compromiso social!

Cuando el país no puede atender a los pobres, debe observar hacia el exterior. Los créditos y los apoyos internacionales deben dedicarse para lo que fueron obtenidos o cedidos. ¡Combatir la malversación!

La ineficiencia de los servicios de salud implica una pérdida del 20% al 40% de la inversión en salud. Hay que acabar con la mala imagen de los genéricos y respaldar su utilización con medicamentos debidamente controlados. (En Colombia hay que modificar de inmediato la intermediación!).

Todos los países incluyendo a Colombia pueden hacer más para lograr la cobertura universal. La OMS les ha ofrecido apoyo a todos para lograr lo que desean en la protección de sus habitantes. ¡Es un trabajo continuo más allá de 4, 8 ó 12 años!

La atención global en salud es una situación diferente e implica un Sistema de Seguridad Social en Salud que está muy lejos para los colombianos.

Nota: No es lógico enseñar medicina y malquerer un Hospital Universitario.