Después de muchos intentos para obstaculizar la posesión de los ganadores de los concursos públicos para gerentes de los hospitales de Caldas, Guido Echeverri, demorado, se amarró los pantalones y terminó posesionándolos contra el querer de muchos politiqueros baratos, no sin que para ese menester tuvieran que utilizarse recursos legales y tutelas, pues había una conspiración que impedía que lo que había sido ganado en franca lid fuera aceptado por los perdedores. Malos perdedores, por supuesto.
Ganó William Arias Betancourt en Santa Sofía, pero lo demoraron para posesionarlo, e hicieron de todo para impedirlo. No les funcionó el entuerto. Pero mientras lo resolvían, cosa en la que tomó no poco tiempo el Gobernador, salían del Hospital camionetadas de papeles que no estaban interesados en que allí quedaran, tratando de esconder algo, irregularidades grandes supongo, que con el nuevo gerente ya no estarían en condiciones de controlar.
Pero la verdad sale siempre a flote, aunque se demore y uno crea a veces que la esperanza está perdida. Por fortuna no faltó el empleado que asqueado de sentirse esclavo sin serlo, solo porque su puesto lo maneja indirectamente un grupo político sin escrúpulos, al que además tiene que darle "contribución voluntaria de su sueldo", se tomara el tiempo de recopilar, fotocopiar y grabar, lo que estaban queriendo hacer desaparecer. Esperemos las medidas y determinaciones de la Contraloría, que han sido bien demoradas por cierto, pero que pueden destapar uno de los mayores escándalos de desgreño administrativo, sobrecostos y peculado de los últimos tiempos en Manizales y Caldas.
En La Dorada, Caldas, ganó el concurso y se posesionó como gerente el Dr. Yamil Rodríguez Garza, identificado con la cédula de ciudadanía N° 79’554.374 de Bogotá, antes gerente del Hospital Regional Reina Sofía de España Lérida Tolima. Llegó con las pilas puestas, porque "escoba nueva, barre bien", pero poco a poco ha ido montando una verdadera colonia de gente venida del Tolima, para emplearlos aquí a expensas de reemplazar el personal de La Dorada, caldenses, en un Hospital del Departamento de Caldas.
Hoy, prácticamente toda la parte administrativa está en manos de personal traído de Ibagué y Lérida. Pero lo peor es que probablemente, si no hay quien se oponga a tamaño despropósito, a finales de julio, fecha en que terminarán los contratos médicos, enfermeras y auxiliares, se vendrá, si no hay quien lo impida, una horda de amigos del gerente traídos del Tolima para demostrar que la lechona tolimense puede hacer casa en este puerto, sin que los empleados que queden cesantes le importen a alguien.
La Cooperativa regional de Hospitales (Coodesca) fue creada el 29 de noviembre de 1989 mediante ordenanza de la Asamblea Departamental como una empresa de administración pública cooperativa de los hospitales y centros de salud del departamento. Tiene una sede en el Hospital San Félix, que le adeuda muchos millones de pesos, sin que por eso hayan interpuesto acciones legales. Ahora, está dentro de los planes sacarla del Hospital para entregársela a una cooperativa del Tolima, igual a lo que pasó con el suministro de materiales de ortopedia con una empresa con sede en Ibagué, en detrimento de las empresas caldenses que desde Manizales los suministraban.
Tal vez, solo tal vez, si prima el buen censo, entonces el Gerente se dedique a poner en orden el Hospital, que sirve a una vasta población de todo el oriente caldense y así la Dirección Territorial de Salud de Caldas no esté cerrando la red privada, cuando no tiene las agallas para arreglar la red departamental. Una elemental cuestión de sentido común, que no abunda mucho en la nueva Dirección.
Nunca como hoy se hacen ciertas las palabras del discurso de Ruy Barbosa de Oliveira, político brasilero (1849-1923): "Siento vergüenza de mí por haber sido educado para tomar partido por este pueblo, por haber batallado siempre por la justicia, por ser uno con la honestidad, por privilegiar la verdad y por ver este pueblo ya crecido y varonil, enrumbar por el camino de la deshonra.
Siento vergüenza de mí por haber formado parte de una era que luchó por la democracia, por la libertad de ser, teniendo ahora que entregar a mis hijos simple y abominablemente, a la derrota de las virtudes superadas por los vicios, a la ausencia de sensatez en el juzgamiento de la verdad, la negligencia con la familia, célula madre de la sociedad, la demasiada preocupación por la felicidad del "yo" a cualquier precio, en caminos de irrespeto para con su prójimo.
Tengo vergüenza de mí por la pasividad de escuchar sin sacar afuera mi propio verbo, por tantas disculpas dictadas por el orgullo y la vanidad, por tantas faltas de humildad para reconocer los errores cometidos, por tantos "floreos" para justificar actos criminosos, a tanto rechazo por olvidar la antigua posición de "contestar" siempre, volver atrás y cambiar el futuro.
Tengo vergüenza de mí pues formo parte de un pueblo que no reconozco ahora, por los rumbos de los caminos que no quiero recorrer.
Tengo vergüenza de mi impotencia, de mi falta de garras, de mis desilusiones y de mi cansancio. No tengo a dónde ir pues amo mi tierra, vibro al escuchar mi himno y jamás usé mi bandera para secar mi sudor o envolver mi cuerpo en la pecaminosa manifestación de nacionalidad.
Al lado de mi vergüenza, tengo tanta pena de vos mi pueblo, de tanto ver triunfar el engaño, de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto ver agigantarse los poderes en las manos de los malos, los hombres terminamos por desanimarnos de las virtudes, reírnos de la honra y tener vergüenza de ser honestos".
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