Mientras el consumo de carnes aumentó en Manizales durante la última década, el sacrificio de bovinos decreció. Dicho fenómeno obedece, entre otras cosas, al alto impuesto al degüello que estimula la oferta de canales en frío provenientes de otros departamentos que registran un menor impuesto. Caldas pierde.
Mucho se habla hoy del TLC con Estados Unidos y otros países. Algunos aducen que la ganadería bovina y porcina está amenazada, y quizás, puesto que un hipermercado ya ofertó lomo de cerdo canadiense con descuento. Estábamos advertidos, hay que repensar las empresas, investigar, capitalizar, aliarse, apretarse el cinturón, recibir apoyo gubernamental, actuar.
La normativa nacional (decretos 2278/82, 1036/91, 1500/07) induce a los frigo-mataderos a cuantiosas inversiones para preservar el medio ambiente, modernizar procesos, procurar inocuidad del producto y favorecer al consumidor final. No igual sucede con los pequeños mataderos municipales a falta de inversión. Los sistemas de frío vehicular son eficaces hoy y movilizan canales bovinas y porcinas por largas distancias, tránsito en el cual se madura o mejora el producto.
Pero el tema fiscal aquí desempeña un rol determinante al momento de emular. Mientras el impuesto al degüello de ganado menor (cerdos, ovejas, cabras) corresponde al 10% de 1 smdlv por animal sacrificado ($1.889), el impuesto al degüello de ganado mayor (bovinos), fijado por las asambleas departamentales, es del 50% de 1 smdlv ($9.450), caso Quindío, Risaralda, Tolima, Valle, Cesar, Santander. Caldas por el contrario registra el doble, $18.890; lamentable diferir del Quindío y Risaralda, ciudades región, cercanas y unidas por una autopista. Mientras el consumo de carnes aumentó en Manizales en la última década, el degüello decreció un 30%. Un alto impuesto al degüello deriva en evasión y elusión, aminora esa renta fiscal, desestimula el comercio de ganado gordo en pie y su degüello local, pero estimula el de otros departamentos; afecta también a nuestros productores, comerciantes y frigo-mataderos. Todos pierden. Caldas ha sido proveedor de bovinos y porcinos de muy buena calidad.
Frigocentro S.A., empresa de economía mixta cuyo 49,73% pertenece a Infimanizales, posee un alto nivel tecnológico pero registra pérdidas económicas de $467 millones (año 2009), $116 mm (2010) y $558 mm (2011) merced al declive del 30% del sacrificio, el alto impuesto en comento y una carga operacional creciente para atender la susodicha normativa. Nuestro frigo-matadero local (Frigocentro) debe acrecentar su rotación, preservar sus 180 empleos, optimizar procesos y costos y generar rédito. Un menor impuesto al degüello coadyuva tales dinámicas; caso contrario la empresa podría fenecer quedando Manizales a merced del frigo-matadero de Pereira u otros.
El gobierno departamental debería cooperar con normativas fiscales que aminoren esa inestabilidad comercial y brinden herramientas de competitividad. En síntesis, nuestra Asamblea Departamental, consciente de esta problemática y en su sabiduría fiscal, debería fijar un impuesto al degüello bovino de $9.450 y de $1.889 por cada ternero(a) menor a 200 kgs. Es un deber trabajar por nuestra industria cárnica. El temor al TLC no se cura con lamentos pero sí con acciones empresariales, fiscales y logísticas que nos tornen competitivos. ¡No hay otra salida!
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