Con gran inquietud leía este fin de semana el artículo de este periódico con el título ‘El otro pulso es con la abstención’ que hay un promedio del 47,5% de abstención en las elecciones para gobernador en Caldas en los últimos años; y un 70% en las 9 elecciones atípicas para gobernadores en el país desde el 2008. Me pregunto qué tanto nos interesa este tema y si estamos conscientes de la responsabilidad inmensa que tenemos por lo que pasa en el departamento y lo que podría pasar en la región en materia de gobernabilidad.
No estoy segura de que las 750 mil 847 personas, usted y yo entre ellos, tengamos claro nuestro papel en lo que pueda suceder en las próximas elecciones del 25 de agosto. A cada partido político le corresponde proponer su candidato y sus planes de gobierno, a nosotros nos corresponde votar para decidir; lo cual no es una responsabilidad menor. La analista política Claudia López, en la misma página del domingo pasado dice ‘si los caldenses han tenido inestabilidad y corrupción es porque eso es lo que eligen’. Tal vez podría ser una frase dura pero es lo que seguramente nos merecemos, por acción o por omisión, porque cuando nos quedamos cruzados de brazos esperando que otros vayan a votar y tomen la decisión por nosotros, o cuando simplemente vamos a votar sin tener claro por quién lo haremos, el resultado final puede ser el que menos deseamos.
Como ciudadana del común, para nada especialista en temas políticos, me pregunto si las cifras de abstencionismo estarán relacionadas con la inmensa dificultad que tenemos los seres humanos para asumir la responsabilidad sobre lo que hacemos o dejamos de hacer y las consecuencias que se derivan de allí. Por supuesto es más fácil responsabilizar y pedirles cuentas a otros en cambio de participar y tener que decir, yo contribuí a esta decisión, yo también soy parte del problema y me corresponde aportar a la solución.
Podemos quedarnos sentados esperando que otros elijan el próximo gobernante y solucionen las dificultades del departamento en materia de desarrollo, porque no es mi responsabilidad y este tema no tiene nada que ver conmigo, o podemos movernos hacia un sitio donde nosotros, los ciudadanos, no somos víctimas de la situación sino participantes activos de las decisiones que definan el rumbo del departamento. Si queremos tener un territorio más competitivo que ofrezca mejores condiciones de vida y oportunidades para todos, no podemos dejar las decisiones y el desarrollo en manos de unos cuantos, necesitamos ejercer nuestra ciudadanía y ésta empieza por hacernos presentes en las urnas para votar, de manera consciente, informada y autónoma, por quien consideremos sea la mejor opción para el desarrollo de la región.
No solo necesitamos levantarnos e ir a votar el próximo 25 de agosto, es importante que nos preparemos para hacerlo bien; esto es, tratar de tener la mejor información posible sobre quiénes son los candidatos, cuál es la propuesta que tienen para estos 28 meses que restan de este período de gobierno. Sí, son elecciones atípicas y el tiempo es relativamente corto; pero tenemos la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que no nos quedan grandes las elecciones, que tenemos la capacidad de ejercer nuestro derecho a elegir gobernantes, que le damos valor a la participación y entendemos que el ejercicio de la ciudadanía es algo serio. No solo se trata de exigir nuestros derechos en materia de educación, salud, empleo, etc., como ciudadanos tenemos deberes y entre ellos, uno fundamental es participar en la elección de nuestros dirigentes.
Si bien creo que es un asunto de responsabilidad y autonomía, también lo es de comunidad y sentido de pertenencia con la región, que nos invita a reflexionar y movernos desde una sociedad excluyente donde solo uno de los dos, Tú o Yo, tenemos la posibilidad de decidir, actuar y tener éxito, hacia una sociedad donde Tú y Yo podemos tener puntos de encuentro y coordinar acciones para obtener un resultado; o lo que sería mejor, Nosotros tenemos la posibilidad de unirnos como comunidad alrededor de un propósito común para aumentar las posibilidades de éxito; como dice la famosa frase de Esopo -el escritor de fábulas griego- ‘La unión hace la fuerza’, transformar esta sociedad es una tarea que necesitamos hacer juntos.
Tenemos dos opciones ante las crisis, quedarnos lamentándonos por lo que no hemos logrado, o por lo malo de la situación y seguir buscando culpables, o asumimos la responsabilidad que nos corresponde y nos hacemos cargo. La primera es una posición más cómoda pero poco efectiva; no van a pasar cosas distintas si nos quedamos esperando que otros hagan algo; la segunda nos saca de nuestra ‘relativa zona de confort’ y nos obliga a revisar qué tanto hemos sido partícipes de lo que hoy sucede en el departamento y qué podríamos hacer, desde el sitio en el que habitamos este territorio, para que pasen cosas distintas y sobre todo para que recuperemos la credibilidad y confianza en nosotros mismos.
Lo invito a que revisemos qué tiene que ver la situación actual del departamento con lo que cada uno de nosotros ha hecho o dejado de hacer, con nuestra poca o mucha conciencia de comunidad y sentido de pertenencia con la región. Lo que suceda en el departamento es responsabilidad de todos.
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