Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá

Un cuerpo técnico exagerado y multinacional, ninguna contratación de peso, un directivo en líos judiciales, "El juez Jairo Hugo Buriticá condenó a 4 años, con beneficio de casa por cárcel, a Jorge Eduardo Botero por el delito de Peculado por apropiación cuando este en 2002 se desempeñaba como subgerente de Aguas de Manizales" (LA PATRIA, Julio 10.12), y todo el mundo feliz.
Es lo que se percibe después de la presentación de Ángel Guillermo Hoyos y su séquito, y con el debido respeto, nunca había sentido que la gente se pusiera tan contenta por un "camionao" de asistentes que es lo que hasta el momento se ha confirmado.
Cómo será cuando anuncien la vinculación de los refuerzos que se necesitan, porque ésta plantilla inclusive con más señor Édison Ibarra ocupó el puesto 17 en el anterior torneo por si no se enteró, para que salga a decir que están satisfechos con lo que han visto. ¡Mal comienzo!.
A muchos no les gustará, pero me siento con el deber moral de plantearlo, -como lo he hecho tantas veces en situaciones que con el tiempo me dieron la razón-, porque considero ilógico trazar el reordenamiento del club desde la perspectiva del incremento de la cuota burocrática.
Un analista de videos es la tapa. Esa misión corresponde al técnico y a sus muchos colaboradores, y suena a derroche. Y no es que esté en contra de una organización seria con distintos departamentos y muchos empleados, sino que simplemente tienen que aterrizar en la realidad y la actual coyuntura del Once Caldas no da para esos lujos.
Además, ese tipo de asistencias se requieren cuando uno desconoce el tema, que no es el caso, pues se supone que un entrenador interpreta los vídeos como parte de su oficio.  Igualmente quisiera saber si se lo hubiesen aceptado a un colombiano.
Que se pagan con el dinero acordado para el técnico es un sofisma, porque eso quiere decir que el señor Hoyos resulta demasiado oneroso para un equipo en aprietos económicos como el Once Caldas, con claros índices de incumplimiento por iliquidez y falta de gestión, y a punto de ir a la quiebra.
Ojalá sea yo quien me equivoque por el bien de la institución, pero si a Leonel Álvarez no pudieron garantizarle el cubrimiento de las obligaciones con los jugadores para contratarlo, como van a hacer ahora. ¡De veras, no comprendo!.
Recientemente en dialogo con un directivo me habló maravillas del preparador físico Carlos Jaramillo, a quien pintó como la gran revolución en esa materia, y oh sorpresa cuando veo que lo mandan a las divisiones menores para traer alguien de afuera.
Me acordé entonces de lo que dijo el gerente Duván Vásquez cuando pusieron a Eduardo Cruz como orientador, en el sentido de que se la jugaban con El, que estaban admirados con su preparación y conocimientos, que era el reemplazo ideal de Páez, y que ésta vez no se equivocaban. ¡Plop!.
Por eso discúlpenme que sea incrédulo, y aunque sé que toco un poco el alma del esperanzado hincha del Once Caldas, mi voz rebelde y de protesta la dejo simplemente como una advertencia porque mis sentimientos me impiden ser enemigo del club, más allá del desafecto que algunos me han querido inculcar.
Que se abra la ilusión en torno a un nuevo entrenador es algo absolutamente normal, y más después de los dos últimos que fueron un completo desastre, tan responsables como la Junta, del calamitoso estado institucional del Once Caldas.
Pero de ahí a que se piense que por tener un cuerpo técnico numeroso se está más cerca de la victoria, hay un gran abismo porque definitivamente este deporte pasa por los buenos futbolistas.
¿Y dónde está el equipo que es el que juega?...
Hasta la próxima…
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