Todo lo que hagamos y veamos en esta zona del Lago de las Moscas tiene que ver con volcanes y sus fenómenos conexos. Así fuimos a Namajfall que es una serie de colinas de colores amarillos, rojos y ocres, colores debidos al vulcanismo. En su base se encuentra una gran explanada llamada Hverir donde gozamos moviéndonos y caminando entre fumarolas, pocetas de barro y agua hirviente. Los caminos están marcados y recomiendan no salirse ni saltar las cuerdas que los enmarcan, porque aunque aparentemente la tierra se vea firme, el visitante al pisar puede hundirse y nos cuentan de accidentes graves. Nos dicen de un turista que quería fotografiar una caldera ardiente desde su propia orilla y saltó la cuerda y el piso cedió y el hombre cayó en la caldera víctima de tremendas quemaduras en el barro ardiente.
Esta visita a Hverir es inolvidable por el espectáculo del colorido de la tierra y porque para donde se mire, aparecen conos volcánicos. Subimos hasta la cumbre del Hverfell, que es un volcán apagado de 165 metros de altura. Tuvo pavorosa erupción hace 2.500 años y asoló toda la región. El camino está suficientemente señalizado y el piso está constituido por cenizas volcánicas y piedras. El diámetro del cráter es de mil metros. Le dimos la vuelta completa por la cima. Sobra decir que los paisajes que se divisan desde la cumbre son memorables. Tuvimos suerte en poder ascender al volcán, pues estuvo cerrado por un tiempo ya que los vándalos, que en todas partes los hay, llenaban las piedras con graffitis.
Nos faltaba visitar el Monte Krafla, el más pavoroso de los volcanes del norte de Islandia y de todo el país, según otros. La actividad de su cráter es constante y se siente la energía que bulle debajo de la tierra. El cono explosivo del volcán se llama Viti. Siempre hay estudiosos en la zona. Allí se observan todas las manifestaciones de pasadas erupciones y los eventos de una caldera activa que puede reventar en cualquier momento. Entre las rocas se observa obsidiana brillante y riolita. El gobierno quiso utilizar la energía geotérmica del volcán y construyó allí una enorme planta en 1973 y en 1975 explotó el volcán y en la década siguiente, en los años 80, volvió a explotar pero la planta, con algunos daños, logró salvarse. Además del cono Viti el Krafla tiene una larguísima fisura por la que salen riadas de lava. La peor de los últimos años fue en 1975, dos años después de construirse la planta geotérmica, como ya dijimos. Esta fisura es una amenaza constante ya que a diferencia del cono Viti, arroja lava por muchos lugares a todo lo largo.
Entre 1724 y 1729 ocurrieron las más pavorosas erupciones del Krafla. La región fue totalmente destruida en todas las formas de vida vegetal, animal y humana. Estos cinco años son llamados en la historia “los fuegos de Myvatn”. Nos dirigimos luego a visitar otra cascada. Todas las que hemos descrito son espectaculares, no se sabe cuál de ellas es la más bella. Nuestra nueva cascada se llama Godafoss, palabra que significa Cascada de los Dioses, por su impresionante belleza. El río que la forma viene del interior del país, del Vatnajökull. Ya dijimos que jökull significa glaciar y dijimos que es el más grande de Islandia y que “vomita” ríos en todas direcciones.
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