Hacer cola en Colombia es un oficio. Cuando las personas deben ir a reclamar sus pensiones siempre hay alguien en la fila dispuesto a venderle el puesto. Cuando salen a la venta las entradas para una final de fútbol, sucede igual. Y cuando hay que hacer cola a la entrada de una Embajada o para apostillar un documento, no solo le venden el puesto sino que, por unos pesos demás, lo asesoran en la documentación que debe llevar.
No es un trabajo fácil: hay que esperar mucho, simular que se está ocupado, negociar con el colado, darle la mordida al vigilante o policía de turno, y hacer caso omiso a las protestas de los ciudadanos que sí madrugaron y están varios puestos detrás en la fila. Particularmente, los detesto. Pero ellos son los lobbistas de la clase media.
Para quienes no están familiarizados con el término, los lobbistas son aquellas personas que visitan a los políticos que tramitan las leyes, buscando defender los intereses de particulares. Por lo general están vinculados con corporaciones multinacionales (casas farmacéuticas, petroleras, medios de comunicación, fabricantes de armas...), o contratistas buscando un negocio. Son los hombres del medio y trabajan por una comisión.
El presidente estadounidense John F. Kennedy (tan de moda por estos días por el aniversario 50 de la muerte de su amante: Marilyn Monroe) dijo que estas personas "me hacen entender un problema en 10 minutos, mientras que mis colaboradores tardan tres días". Son rápidos con la lengua y saben cómo moverse. Son los que pasan documentos llenos de ‘micos’ a altas horas de la noche para que sean leídos por encima por los senadores que los convertirán en leyes. Son las personas detrás de los políticos con ideas.
Técnicamente no están haciendo nada ilegal, hasta que hacen calaveradas como Emilio Tapia o los primos Nule.
Nosotros los conocemos como tramitadores. Nos ahorran una cola de horas por unos cuantos pesos y además nos explican cómo diligenciar los documentos. Ellos son los que tienen los formatos de la DIAN previamente diligenciados. Los que conocen a alguien en Tránsito, en la Personería, en la Fiscalía para agilizar procesos. Los que tienen la palanca en la Alcaldía o la Gobernación. Los que dicen conocer al concejal Octavio Cardona León o a Ómar Yepes para conseguir puesto o casa.
Son los que todo el año hacen cola para ganarse unos pesos, pero en época de elecciones ponen a sus vecinos a hacer cola y firmar planillas para garantizarle votos al candidato de turno. También son los primeros en caer cuando se viene una denuncia por tráfico de influencias. Son los Josué Jaramillo del doctor Yepes.
Por eso no hay que creer que vamos por buen camino cuando en las noticias muestran en un juzgado a los implicados en los carruseles de contratación. O cuando el nuevo secretario del Senado Juan Gregorio Eljach diciendo que él no es cuota de Emilio Otero. Detrás de ellos hay otros haciendo cola, porque eso es lo que saben hacer, y por encima de ellos están los verdaderos culpables de que en Colombia la gente tenga que hacer filas eternas para intentar hacer valer sus derechos a la salud, a la educación, a una vivienda digna y a una pensión.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015