Esta ruta a Machu Pichu por el Apu Salkantay se ha implementado porque la ruta normal solo admite 500 caminantes por día y son muchos más los que la quieren recorrer. Por este motivo se abrió la otra ruta, que es, ya dijimos, más larga, más dura y más alta. Estas son las ventajas sobre la ruta normal, por la que por otra parte se encuentran muchas ruinas y vestigios incas, lo que la hace muy apetecible. Otra diferencia entre ambas es que la ruta llamada normal llega directamente a Machu Pichu, por arriba y ofrece a la llegada una vista impresionante de la ciudadela, mientras la ruta de Salkantay, la que estamos haciendo, llega por abajo, al pueblo de Aguas Calientes. Todo esto hace que la ruta de Salkantay sea más solitaria y no tenga esas riadas de caminantes de la otra. ¿Cuál recomiendo yo? Si se quiere encontrar muchos vestigios incas en el camino es mejor la ruta normal, la de cuatro días, pero si se prefiere la magnificencia del paisaje es mejor la ruta de Salkantay, lo que no quiere decir que la ruta normal no sea también hermosa.
El altivo Salkantay no es el pico más alto de la zona. El Ausangate lo sobrepasa por unos 70 metros. Su escalada es supremamente difícil y muy peligrosa. El Salkantay se defiende con murallones de hielo y nieve y muchos seracs suspendidos y caída de aludes. Uno de los escaladores que logró su cima es Lionel Terray, uno de los "conquistadores" del Annapurna, primer pico de 8.000 escalado por el hombre. Tengo la suerte de ser amigo personal de su familia. A él no lo conocí, pues se mató en los Alpes antes de que yo llegara al "mundillo" de los alpinistas de Chamonix, la capital mundial del alpinismo, Terray escribió el que es para mí y para muchos el más bello libro sobre el montañismo. Se titula "Conquistadores de lo inútil".
El segundo día "los señoritos" fueron levantados en sus carpas con té de coca y enseguida tomaron (tomamos) el desayuno e iniciaron el ascenso más fuerte de la ruta. Teníamos de frente la cara sur del Salkantay. ¿Ya lo dije? En las listas que elaboran los grandes alpinistas esta montaña ocupa lugar de honor en el escalafón mundial de la belleza. Tal vez sí lo había dicho ya. Rápidamente encaramos las "siete culebras". Así llaman a siete implacables curvas que hacen recordar las 13 vueltas adosadas a la Olleta del Nevado del Ruiz. Las "culebras" son más pendientes y las del Ruiz son más largas. Como estábamos todavía "fríos" nos parecieron bastante duras. Y así salimos a un "abra" o paso de montaña, el más alto del camino; se encuentra a 4.600 metros.
Este lugar es maravilloso. A mano derecha, muy cerca, a tiro de piedra, se eleva la mole bicúspide del Salkantay con sus paredes de hielo que brillan al sol y a la izquierda se encuentra la mole del Humantay con sus 5.217 metros sobre el nivel del mar. Estábamos allí unas 20 personas de varios grupos que hacían la misma ruta. Teníamos, pues, dos gigantes a lado y lado. Existe la tradición en los Andes del Perú que como ofrenda a los dioses de las montañas, de los Apus, se haga un pequeño monumento que consiste en poner varias piedras unas encima de otras. Wilfredo lo hizo por los dos. Naturalmente había centenares de estos montículos de piedra que reciben el nombre de apachetas.
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