Héctor Palau
LA PATRIA | Bogotá

Sensacional, enorme el resultado de Eider Arévalo en el campeonato Mundial de Atletismo en Barcelona logrando el pasado viernes el título de campeón mundial juvenil en los 10 kilómetros marcha.
Las condiciones de Eider han quedado demostradas hace rato con su victorias en copa mundo
siendo la más reciente la de Rusia cuando ratificó sus condiciones ante los que luego serían sus
rivales en Barcelona, donde les repitió la dosis.
Eider ya no tiene que demostrar nada, pues sus dos títulos en copa mundo están enmarcados en otros grandes logros como su marca estándar A de clasificación a los Juegos Olímpicos, cuando caminando con los de la categoría absoluta se le lanzó a los 20 kilómetros poniendo sus registros sobre 1 hora y 21 minutos con lo que se metió al equipo olímpico.
Eider ratifica así un enorme presente y anticipa un inmenso futuro. Lo de ahora es una campanada a lo que pueden ser sus primeros juegos olímpicos sin que ello signifique poder comenzar a hablar de otra opción de medalla.
Todo puede pasar, pero ponerle la medalla en Londres a Eider no es técnico, este chico
puede meterse en la lista de los ocho primeros que significa un diploma y ya sería algo muy
importante.
Yo no le voy a pedir medalla, no lo quiero comprometer, solo me atrevo a decir que lo veo
haciendo una muy buena actuación en Londres. No lo veo cansado, no se ve que haya fatiga,
por el contrario se le ve creciendo y no lo veo medallista porque allí las cosas son a otro
ritmo.
Ponerse sobre la hora y 17 minutos con lo que se puede ganar la medalla olímpica no es fácil,
bajar 3 o 4 minutos de una marca personal no es cosa que se logra de la noche a la mañana.
Lo que sí es muy claro es que en Eider tenemos la primera carta olímpica para Río de Janeiro
2016 si se le atiende, durante todo el periodo, si hay los apoyos para un verdadero proyecto
olímpico.
Por fortuna hoy hay una buena base en esta disciplina, un grupo que se puede repartir con
buen suceso los permanentes compromisos a nivel internacional y eso es un elemento a su
favor para que no se vaya a sobrepasar de competencias que terminen sacrificándolo.
Eider es la punta de lanza de una muy buena generación de la marcha en la que los apellidos
Arenas, Soto, Pérez, entre otros, ya comienzan a brillar con luz propia.