La educación superior es uno de los componentes que mayor movilidad social da a un país, es la educación que impacta de manera muy decidida en los procesos de crecimiento económico, es la que otorga a los ciudadanos una independencia crítica que los hace actores de su democracia, es la que permite una generación de conocimiento para la transformación de las estructuras sociales. Podemos seguir enumerando bondades de la educación superior. El punto clave del asunto radica en la calidad. ¿Pero de qué calidad estamos hablando?
Un instrumento que ha ido tomando fuerza a nivel mundial son los rankings de las universidades como medio para medir de forma independiente y objetiva la calidad de la educación que imparten. Sin lugar a dudas es una manera de proporcionar una visión transparente sobre lo que cada universidad está ofreciendo, partiendo de una información real y sistematizada. Si bien los rankings que tienen impacto en la evaluación de las universidades tienen un sesgo muy grande, pues tienen como modelo el de las instituciones de educación superior de Estados Unidos y del Reino Unido, aportan elementos interesantes de análisis. Así, tienden a medir los aspectos más importantes que en estos modelos universitarios es fundamental. Se centran especialmente en los productos de investigación y utilizan indicadores que tienen sus limitaciones, como por ejemplo publicaciones de la comunidad educativa en los sistemas indexados en inglés.
Como se puede sospechar, la presencia de universidades colombianas en los rankings es más bien pobre. Por ejemplo, en uno de los más reconocidos, el QS Latino American University Rankings pondera las variables que utiliza así: Reputación académica (30%), reputación empleadores (20%), publicaciones indexadas en Scopus por profesor (10%), citación en publicaciones indexadas en Scopus (10%), estudiantes por profesor (10%), proporción de profesores con título de doctorado (10%), impacto web a través del ranking Webometrics (10%). Hay, pues, una combinación grande de elementos de información sobre las universidades, que si bien no pueden medir "todo" lo que hace una universidad, sí da una aproximación interesante. Pues, bien en ese ranking las universidades colombianas que aparecen entre las 45 mejores, solo están ubicadas cinco, Los Andes (puesto 6), La Nacional (12), La Javeriana (23), la de Antioquia (26) y la del Valle (44).
Esta información es muy útil para la gerencia de las universidades, para la toma de decisiones por parte de los estudiantes al momento de elegir su Universidad, y también para la distribución de apoyos oficiales a las universidades, es decir, para la política pública. En efecto, permite a las universidades medirse y compararse con otras instituciones que están en el mercado, para que haya una sana competencia que las lleve en una senda de mejoramiento continuo. Los estudiantes con información transparente y objetiva, pueden tomar decisiones más racionales sobre la inversión que realizan tanto en tiempo como en recursos económicos al elegir dónde hacer sus estudios. Y finalmente, los gobiernos pueden contar con unos instrumentos que les pueden ofrecer criterios para decidir por dónde encauzar los limitados recursos económicos de promoción y desarrollo del sector.
Qué bueno que se desarrollen nuevos rankings independientes a nivel nacional para que un muchacho o una muchacha que quiera iniciar sus estudios pueda tomar sus decisiones debidamente informado. Muchas universidades de garaje o que ha logrado posicionarse por marketing quedarían, por lo menos, medio vacías.
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