Cuando se habla de apatía en las elecciones políticas todo el mundo atribuye el fenómeno a los políticos corruptos, se alega que nadie quiere votar por gente mala. Pero cuando se analiza el comportamiento electoral en las ONG de la ciudad como la Cámara de Comercio de Manizales, Corporación Cívica de Caldas o Sociedad de Mejoras Públicas vemos que la apatía es general. El grueso de la sociedad civil al parecer no está interesada en ejercer sus derechos y asumir sus deberes. El resultado es evidente. Estas entidades de gran importancia para el bienestar y armónico desarrollo de la ciudad, son captadas, las más de las veces por la mediocridad, de ellas se apodera una carencia de metas y si no fuese por el impulso acumulado durante muchísimos años, esas entidades no hubieran sobrevivido. Hace muchos años la ciudad no se beneficia de la acción conjunta de sus más destacadas ONG. La ciudad está desarticulada y no creo que con esta apreciación estoy contribuyendo a sobre evaluar a Manizales. Cada entidad arma sus proyecticos y procura llevarlos a cabo. Muy pocos directivos saben de las fortalezas y deficiencias de sus colegas y las otras entidades, muchas veces ni se conocen personalmente. Muchas de las ONG se dedican a copiar estrategias y proyectos exitosos en otras ciudades, nadie se toma la molestia y piensa la ciudad y teje una propuesta autóctona.

La Cámara de Comercio de Manizales eligió hace poco junta directiva y está en este momento buscando gerente. La era Armel llegó a su justo fin. La ciudad es testigo de cómo este hombre construyó minuciosamente su propio desprestigio. Vociferando en juntas directivas y amenazando con cortar apoyos, la gente de Manizales le dio la espalda. Si se pregunta acerca de su obra, no sobresale nada, pero trabajó con constancia. Falló su estrategia, él no se dedicó a hacer ciudad, cumplió al pie de la letra gran parte del manual elaborado, tal vez en Bogotá, pero el pulso de Manizales no supo tomarlo. Una cámara de comercio es más que una cámara de comercio, esta entidad es una especie de segunda o pequeña alcaldía. La razón para esta aseveración es elemental: el comercio depende de muchísimas variables que trascienden el ámbito de lo económico. Dese la ingeniería civil para la obra física de una ciudad hasta la felicidad de la gente influye en el comercio y cada ciudad es diferente. Para tener las cámaras de comercio ese poder resaltaré que cuenta la Cámara de Comercio de Manizales con un interesantísimo presupuesto útil para emprender el rescate de Manizales, aquí hay recursos para hacer la diferencia, lo que decide la Cámara de Comercio de Manizales no se queda en lindos proyectos sobre papel. También en el campo jurídico, las cámaras de comercio en el país las asisten un sinnúmero de herramientas para ayudar a definir el curso de una comunidad.

Discrepo de mis compañeros de mesa del café: yo sí estoy de acuerdo con que la Sociedad de Mejoras Públicas haya postulado y respalde un candidato y que este candidato no sea propiamente un comerciante. Pienso que el perfil para este puesto rebasa lo comercial e incluye a todo ciudadano que quiere trabajar honestamente por la ciudad. Aquí se requieren ideas y grandes cantidades de voluntad, menos cálculo de comerciante que piensa en comprar barato para vender al precio más alto. Estamos a la espera de ideas macro acerca de qué y cómo se debe hacer para que Manizales progrese integralmente.

Quedamos a la espera de que la empresa cazatalentos haga su labor y personalmente espero que no resulte designada una persona que no haya vivido en la ciudad, aspiro que prefieran a una persona pragmática, independiente ante tanta barata teoría y consciente de la urgente necesidad de convocar a toda la cuidad, estamentos civiles como públicos, para obtener logros que estén a la altura de los emprendedores y visionarios fundadores de esta entidad.