Señor Gobernador:

Los caldenses hemos recibido con sorpresa la decisión intempestiva de relevar de su cargo al señor gerente de la Industria Licorera de Caldas, Dr. Francisco Eduardo Quintero Delgado, en una época tan crítica y definitiva para la recuperación de nuestra empresa insigne. Y aunque es una decisión respetable por ser de su resorte y responsabilidad, no deja de quedar un sabor amargo ante algunas circunstancias que merecen un análisis más profundo, y que nos arriesga a que la ILC pueda ver comprometido su futuro.

En un informativo que realizó este diario el pasado miércoles, en el cual se presentan sus argumentos paralelos a los del saliente gerente de la ILC, le da Usted respuesta al interrogante relacionado con el contrato de Dispres S.A.S., diciendo que "no conozco ese episodio". Pues este hecho que Usted desconoce, señor Gobernador, reviste una inmensa gravedad en estos momentos coyunturales de nuestra destilería, no solo por las condiciones de ilegalidad que se presentaron al contratar con dicha entidad, sino por las consecuencias que traería la apertura de fronteras con el departamento de Antioquia.

Quisiera remitirlo, doctor Guido, a mi columna publicada el 14 de septiembre de 2012, intitulada El Silencio de la CCC, en la cual hago una descripción detallada del contrato 131-2011 entre la ILC y Dispres S.A.S., y pongo de presente la forma perversa en que se favorece al contratista con inclusiones adicionales a las del objeto de la invitación pública. En resumen, pongo en conocimiento de la comunidad la forma como la anterior gerente de la ILC y actual Secretaria General de la Gobernación que Usted regenta, María del Pilar Joves, convoca mediante licitación 043-2011 de 29 de septiembre de 2011 la "Compra de crema de ron Cheers de la Industria Licorera de Caldas en el departamento de Antioquia", y le adiciona dentro de las cláusulas el derecho para quien resultare seleccionado de distribuir los demás productos del portafolio de la empresa, incluidos el ron y el aguardiente (integrantes del monopolio rentístico), productos para los cuales rigen condiciones y requisitos especiales consagrados en la ley y las reglamentaciones internas de la ILC.

Cabe advertirle, señor Gobernador, que a petición del señor Presidente de la Asamblea de Caldas, dicho artículo quedó como constancia en la sesión del pasado 18 de octubre, y se le dio traslado al Contralor Departamental, quien se encontraba presente en la reunión. Igualmente, que ya cursa en la Procuraduría Regional de Caldas una solicitud de conciliación extraprocesal cuyos convocados son el Departamento de Caldas, la Industria Licorera de Caldas y Dispres S.A.S., en la cual se pretende la declaración de nulidad del contrato mencionado por contener un objeto ilícito y ser violatorio de la Constitución y las leyes, además de que se ordene a quien corresponda el inicio de las acciones de repetición, penales, fiscales y disciplinarias contra los funcionarios que incurrieron en las conductas ilegales que originaron el contrato, y se condene en costas.

Como se puede observar, señor Gobernador, el incidente con Dispres S.A.S., que Usted desconoce, es definitivo para la empresa. Máxime si nos atenemos a las declaraciones emitidas por el entonces gerente de la ILC, Carlos Eduardo Neira, en febrero 29 del presente año (bajo su administración), relacionadas con la necesidad de que se abra el mercado con el departamento de Antioquia. ¿Soportaría nuestra ILC una apertura de mercados con el departamento de Antioquia, en estos momentos de ventas deprimidas y de mercados perdidos? ¡Es evidente que no! Pero, además, al escoger al único proponente dentro del proceso licitatorio del contrato de distribución en Antioquia, no se tuvieron en cuenta los estudios técnicos, comerciales ni legales que le permitieran con solvencia a la ILC entregar una distribución dentro de los parámetros económicos y comerciales exigidos para los productos que hacen parte del monopolio rentístico, por lo que nuestra Licorera saldría doblemente expuesta en una eventual modificación de las condiciones comerciales con el vecino Departamento.

Quisiera creer, doctor Echeverri, que su decisión de remover del cargo al gerente Quintero (elegido después de un largo, dispendioso, oneroso y cuestionado proceso, y a quien no le dio tiempo de mostrar sus resultados) no tuvo nada que ver con su renuencia a firmar la cesión del contrato que Dispres S.A.S. ha venido solicitando ante las instancias administrativas de la ILC. Porque de ser así, habrá Usted cometido una injusticia de marca mayor, pues dentro de la sana lógica económica, administrativa y legal, el hecho de firmar la cesión de un contrato revestido de ilegalidad y perversidad, lo involucraría a Usted y a él mismo en un tinglado que se orquestó en otra administración, y estaría dándole el aval a una situación que muy seguramente va a trascender las fronteras de lo administrativo y llegará a otras instancias legales o penales en las que nadie quisiera estar involucrado.

Dios quiera que a la nueva gerente, Patricia Cárdenas, la sigan iluminando desde El Vaticano, y no avale estas irregularidades que se cometieron y que pueden dar al traste con la Industria Licorera de Caldas.

Por último, señor Gobernador, quiero manifestarle, con todo respeto, que el argumento de las cifras que Usted aduce como motivo principal para desterrar al gerente Quintero, al no ser muy convincente, produce la inquietud sobre las presiones politiqueras que se viven alrededor de la ILC. ¡Que Dios lo ilumine a usted también, doctor, pues cuando en la administración pública se flaquea ante los poderosos, se está no solo arriesgando a perder la dignidad, sino a entregar a merced de ellos los bienes que el pueblo le ha confiado al administrador para su salvaguarda!

Cordialmente,

Jorge Enrique Pava Quiceno

C.C. 10.259.699 de Manizales