Los países en desarrollo como el nuestro y sus economías, a pesar de que muestran signos alentadores de cambio y gozan de algún dinamismo alcanzado en la última década, están al vaivén de factores internos y externos que los hacen vulnerables y ponen en riesgo sus políticas y sus empresas.
Un ejemplo de lo anterior son las industrias licoreras y las cervecerías, industrias que han ido desapareciendo así todos los días haya más consumo, más borrachos y más alcohólicos. Primero fue Bavaria (ahora SABMiller) que pasó de tener fábricas en cada una de las principales ciudades del país (Manizales, Pereira y Armenia las tuvieron, incluyendo algunos municipios secundarios) a sólo cuatro o cinco grandes plantas de producción en regiones estratégicas, y segundo las licoreras que aunque no con la “tasa de mortalidad” de las anteriores sí muestran un declive impresionante en cuanto a su capacidad productora de lustros pasados.
Y si bien soy un consumidor esporádico de “trago”, sí mantengo una fijación especial por la Industria Licorera de Caldas (ILC), empresa que aunque durante la mayor parte de su existencia les ha “pertenecido” a los grupos políticos y a los caciques electorales que alcanzan el poder en la Gobernación, es una mina de plata, al punto que sigue entregando recursos para la salud (pocos pero los da) no obstante habérsela robado casi entera varias veces, exprimirla cada vez más con onerosos y sobrevalorados contratos que sólo se ven allá, y ser el escampadero burocrático de las coaliciones de gobierno departamental.
Pero aunque así se ha mantenido y se mantiene a flote después de darles plata a los Fehó, Aristizábal, Soto, Barco, Yepes, y tantos otros nombres fachada, e incluso servir para sostener dos sindicatos y una burocracia aumentada como ninguna, hoy la Licorera enfrenta otra seria amenaza, quizá la más mortal, como es la apertura de fronteras. Resulta paradójico que después de muchos años de insistir hasta el cansancio (de eso yo era un convencido) en el fin de esa absurda política de que los licores de Caldas no se puedan vender abiertamente en Antioquia, Valle del Cauca y otros departamentos y que ellos pudieran hacer lo propio con sus productos en el nuestro, hoy deba decir que eso es a todas luces inconveniente.
Y es inconveniente ya que después de tanto “robo” disfrazado que en nuestra empresa se ha dado y de esquilmar sus recursos y existencias económicas de manera inmisericorde, la ILC está debilitada, sin fuerza ni capacidad de maniobra para competir en el exigente mercado de consumo frente a su principal contrincante, la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), la más importante del país, un pulpo de tentáculos que aquí desconocemos, pero que tiene toda la capacidad financiera y logística para “llevarse por los cachos” a nuestra menguada destilería. El mejor ejemplo de esta desigual batalla lo tenemos en Risaralda y Quindío, territorios que fueron de dominio absoluto de la Licorera de Caldas y que hoy luego de débiles políticas de mercadeo y tras la llegada de la empresa antioqueña son un pobre referente en ventas de nuestros tradicionales Aguardiente Cristal y Ron Viejo, al punto que en muchas ocasiones ni en los grandes almacenes de Pereira y Armenia, y mucho menos en estanquillos y tiendas de barrio, se consigue una botella de los productos caldenses.
Por algo los cuatro distribuidores de nuestros productos en Caldas le enviaron el pasado 7 de marzo una carta al Gerente encargado de la ILC, Carlos Eduardo Neira, con copia al Gobernador Guido Echeverri, donde advierten, entre muchas cosas, y con proyecciones estadísticas claras, el impacto negativo que tendría la apertura de mercados con Antioquia. Llama la atención dentro de esto que siendo el antioqueño un mercado cerrado para los licores legales de Caldas, reconozcan sus autoridades que allá hay unas 2 millones de botellas de ron que es producido y comercializado por la ILC con otros departamentos.
No menos preocupante es que desde la gerencia de Manuel Alberto Soto y a la que le siguió Carlos Arturo Fehó, el prófugo de la justicia que todo el mundo sabe dónde está menos las autoridades internacionales, el mercado de los productos de nuestra Licorera haya caído en 15 millones de botellas, algo que se demuestra con cifras. Curiosamente fueron los dos, aunque más el primero que el segundo, quienes anunciaron con bombos y platillos en su momento que se iban a vender (maletear dijo Soto) los productos de la ILC por todo el mundo. Pues ahí está el resultado, parece que se fueron a hacer negocios propios y dejaron a un lado la marca ILC.
Pero si de alertas se trata con respecto a la apertura de fronteras con Antioquia doy otra que aparece en una letra menuda de la “Invitación Abierta 043 del 2011 para la Compra de Crema de Ron Cheers de la ILC en el Departamento de Antioquia”, licor que por ser de menor grado alcoholimétrico no necesita autorización especial para venta o distribución en cualquier departamento. En el parágrafo, después del objeto del contrato que era la selección del contratista que realizará la compra mediante entregas periódicas, dice: “El comercializador que resulte seleccionado a través del presente proceso, tendrá a su cargo igualmente la distribución de los demás productos del portafolio de la empresa, en caso de que se presenten cambios en las normas que regulan el monopolio de licores a nivel nacional o que se suscriba convenio de intercambio o de introducción de licores en el departamento de Antioquia, siempre y cuando cumpla con los parámetros comerciales, financieros y de mercadeo fijados por la ILC”. Se trata de una cláusula con ventajas futuras que queda para un análisis juicioso.
Vemos pues la gravedad de todo esto en momentos en que extrañamente, con un profundo interés político, se cuestiona el proceso de escogencia del nuevo gerente de la licorera, Francisco Quintero Delgado, pues hay algunas imprecisiones o inconsistencias en la hoja de vida que presentó la firma cazatalentos donde indica que es Ingeniero Industrial de la Universidad del Valle y él lo es de la Javeriana, o que figura como actual Vicepresidente de Mercadeo y Ventas de Neumática del Caribe y en dicha compañía dicen que es el Jefe de Mercadeo.
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