Al arrancar la hoja del calendario nos damos cuenta que iniciamos un nuevo mes: agosto. Este se llamó por mucho tiempo "sextilis" ya que en el calendario de Rómulo el año empezaba en marzo; fue Numa alrededor de 700 años antes de Cristo quien mandó que se añadieran dos nuevos meses, los de enero y febrero.
Sextilis venía dando nombre a este mes hasta cuando el emperador romano Augusto le cambió el nombre para perpetuar el suyo y por ello este mes tomó el nombre de Agosto.
Con un poco de reflexión nos damos cuenta que el tiempo transcurre para unos como floración y avance y para otros como acercamiento al fin de la existencia terrena de cada uno; la verdad es que el tiempo forma parte de la vida y es regalo para que cada uno escriba actos de amor y construcción, llene la existencia de buenas obras que son una verdadera riqueza.
El concepto que se tenga del tiempo ilumina en gran parte nuestra diaria existencia; triste debe ser la vida de quien piensa como José María Vigil: "el año tiene 365 angustias, el día 24 desencantos y la hora 60 inquietudes"; alegre debe ser, en cambio, la vida de quien como Concepción Arenal anota: "no se pierde el tiempo que se emplea en procurar el bien"; o aquel otro pensamiento de un anónimo; "el tiempo es la espera de Dios que mendiga nuestro amor".
Empezar un mes es ocasión para tomar resoluciones positivas y hacer el esfuerzo de hacer nuestro trabajo mejor que el mes pasado; estudiar más y mejor, buscar reconciliación con quien me esté comportando mal.
En este tiempo de carreras y velocidades hay una manera de hacer el bien sin cesar y orientar todo hacia el buen obrar; el desgaste por la vida veloz, el cansancio por la competividad asfixiante, todo ello puede orientarse bien por medio de unos ejercicios espirituales o jornadas de oración que iluminan los momentos o acciones que se llenan de rutina.
Está bien señalado que la oración, la meditación, la lectura son impulsadores de zonas de descanso que permiten al ser humano mejorar su rendimiento.
Pertenecer a una familia bien formada, a un movimiento o comunidad con orientación recta, participativa, lúdica y fraterna es ocasión para tener un crecimiento sano, un avanzar por el tiempo con acciones plenas de optimismo y progreso.
La vida comunitaria que es esencial en la Iglesia y en toda comunidad de vida, es alimento de un rico compartir, de ampliar las amistades, fraternidades y conocimientos.
Este nuevo mes sea de progreso y avance.
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