Es justo y necesario dar, con todo respeto, una información a nuestros amables lectores sobre lo que es y significa el plebiscito, mediante el cual, una vez sea declarada su exequibilidad y viabilidad por la Honorable Corte Constitucional, será convocada la decisión popular, para refrendar con su voluntad soberana las conclusiones que se tomen en La Habana y que redundará en la decisión de considerar que es la hora y el momento de refrendar con el voto afirmativo la terminación del conflicto armado con las Farc que no es nada más, ni nada menos que el advenimiento de la paz en nuestra patria, paz que hemos soñado por muchos años.
El plebiscito, amables compatriotas, es una resolución tomada por el pueblo a partir de sus votos consignados en una elección en respuesta democrática a una consulta que le hacen los poderes públicos para que la ciudadanía (repito, mediante el voto popular directo) dé su aceptación o su inconformidad a una determinada propuesta. Construir la paz implica eliminar de raíz las condiciones que han permitido la prolongación del conflicto armado en el territorio y reversar sus efectos.
Ahora vamos a votar con el sí el acuerdo de paz de La Habana por la convocatoria que nos hace el señor presidente de la República, paz que empezó a decidirse desde su inició el 26 de agosto de 2012 y que desde un principio sabemos todos que se lograría mediante un diálogo patriótico que debía concluir en el fin del conflicto que ha vivido Colombia por 50 años.
Se ha dicho por ilustres comentaristas que “el único garante del acuerdo de paz es el pueblo”, porque lo que realmente se necesita es un blindaje político, un gran acuerdo nacional alrededor de las ventajas indudables de la paz para que hacia el futuro sea el pueblo el verdadero garante del cumplimiento de lo acordado, porque “la construcción de la paz requerirá la participación de la gente en los territorios en ejercicio de discusión sobre la forma de implementar los acuerdos”.
Además, es bueno recordarlo, para una muy necesaria información, que el llamamiento a la ciudadanía a que exprese su concepto no es una decisión caprichosa del Presidente de la República, sino que está consagrado en el texto de nuestra Constitución Política de Colombia el derecho de todo ciudadano a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político tomando parte en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y otras formas de participación democrática (artículo 40 CPC) y ese plebiscito es un mecanismo de intervención del pueblo expresamente consagrado, además, en el artículo 103 de la Constitución Política.
Entendemos claramente que es la Constitución Política que nos rige la que le brinda al pueblo colombiano la oportunidad democrática para que participe en las decisiones políticas que los afecta, y por eso debemos intervenir y aprobar con el Sí el acuerdo de paz de La Habana que pone fin a muchos años de sufrimiento y de infamia porque somos unos convencidos de que es preferible el acuerdo que la continuidad de una guerra que atenta contra la tranquilidad, el orden y el progreso de la nación entera. “Esos espacios de deliberación son también espacios de reconciliación”.
La paz es producto de acuerdos con los cuales es unánime la inmensa mayoría del pueblo colombiano. No pueden existir colombianos que no quieran el cese al fuego, la dejación de las armas por parte de las guerrillas, el combate contra toda organización criminal y sus redes; no pueden existir colombianos que no quieran la sustitución de cultivos de uso ilícito, programas de prevención del consumo y salud pública haciendo una definitiva transformación de los territorios afectados; no creemos que existan colombianos que no quieran que se traten los derechos humanos de las víctimas, o que no quieran contribuir a garantizar la convivencia, la reconciliación y la no repetición o que no es necesario un estudio concienzudo de una política de desarrollo agrario integral y no creemos que existan colombianos que no quieran darle solución a muchos otros temas urgentísimos para que nuestra nación renazca.
Los colombianos creemos en la paz y votaremos el plebiscito con un Sí, para una paz estable y duradera:
Tenemos que saber y estar convencidos como lo han expresado los delegados del Gobierno y las Farc atendiendo el clamor de la población que:
La construcción de la paz es asunto de la sociedad en su conjunto que requiere la participación de todos.
El respeto de los derechos humanos en todos los confines del territorio nacional, es un fin del Estado que debe promoverse; el desarrollo económico con justicia social y en armonía con el medio ambiente, es garantía de paz y progreso;
El desarrollo social con equidad y bienestar, incluyendo las grandes mayorías, permite crecer como país.
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