El mayor mal de Colombia no es la suma de varias violencias, es una corrupción descarada y galopante.
Hablamos de ella en conversaciones pero los corruptos siguen frescos porque le ley ni los toca.
Sobre ellos a veces cae "todo el peso de la ley" que en Colombia pesa como una pluma o una mota de algodón.
Sufrimos un eclipse ético, un apagón moral que ante todo es podredumbre en tantos mal llamados líderes o dirigentes.
Mira qué quieres hacer para que el lodo no ensucie tu alma y seas ante todos un referente moral.
Ten una consciencia despierta y logra que en tu conducta brilles por tu coherencia y tu rectitud.
La vida siempre te devuelve lo que siembras y nadie siembra con amor para cosechar con llanto.
Forma parte del grupo de los seres impolutos, de los que no negocian sus valores y dejan siempre una buena huella.
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