Dos ranitas entraron a una cocina en busca de comida y cayeron en una gran olla llena de crema.
Ambas desesperadas comenzaron a moverse tratando de salir, pero sus esfuerzos resultaban en vano.
Al rato una de ellas que era pesimista se rindió y le dijo a la otra: Ha llegado nuestra hora, no hay nada qué hacer.
Por más que nos esforcemos nunca podremos salir con vida de esta situación, ya no lucho más. Dejó de patalear y se hundió.
La amiga pensó: No me entregaré, seguiré luchando y algo bueno tendrá que suceder para salvarme
La ranita siguió sin descanso moviendo sus patas, y lo hizo con decisión y perseverancia.
Fue así como la crema se convirtió en manteca, pudo pisar firme y escapó tranquilamente.
Nota: La paciencia todo lo alcanza, dijo sabiamente la santa carmelita Teresa de Jesús.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015