Muy bueno para la iglesia el triunfo de la monja Cristina Scuccia en la versión italiana del concurso ‘La Voz’.
Ella, de 25 años, animó ya ganadora al público presente en el estudio a rezar un padrenuestro; buen gesto.
Se ganó a todos con su linda voz, su sonrisa, la sobriedad de sus hábitos y su talento: habla tres idiomas.
Cantó con artistas internacionales de la talla de la australiana Kylie Minoge o el puertorriqueño Ricky Martin.
Es bueno para la Iglesia porque hace mucho bien, pero necesita conectarse más con la realidad y hacer cambios.
Es lo que la gente aplaude del papa Francisco que ojalá se atreva a renovar a fondo estructuras y creencias.
El único alimento espiritual de muchos son rezos repetidos y misas que no siempre tocan el alma, algunas sí son excelentes.
Millones de personas desvalidas y erráticas necesitan calmar su sed de Dios con una espiritualidad profunda.
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