Sin ser conscientes del tremendo poder de la palabra las personas repiten frases como estas:
"Eso sí no tiene perdón de Dios", "eso es imperdonable" o "eso no se debe perdonar".
Lo cierto es que al hablar así cierran las puertas al perdón y, por lo mismo, a su paz y su felicidad.
Dios todo lo perdona o, mejor dicho, ama tanto que todo lo asume con amor y lo entiende.
El amor de Dios es infinito y, como lo expresa el salmo 103; "Su ternura no tiene límites".
De otra parte todo se puede perdonar si uno se une a Dios, crece en compasión y no se deja cegar por el odio y la rabia.
Los testimonios abundan y ahora recuerdo a Laura quien perdonó a su esposo por contagiarla de sida a ella y a su bebé.
La bebé murió pero Laura sigue viva seguramente por su capacidad de perdonar y perdonarse.
En mi libro "La Magia del perdón" hallas ayudas, ejemplos y testimonios para perdonar, estar en paz y vivir tranquilo.
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