Cuando escribo sobre la fe jamás busco criticar a las iglesias, solo mostrar que hay cosas que conviene cambiar.
Son humanas y, como tales, con luces y sombras, aunque se crean perfectas o las mejores.
En todo credo hay gente linda y necesita estar allí porque cada ser está en su proceso.
Algún día se busca otro sendero porque lo que se recibe ya no es lo que el alma pide.
En mi caso, no estoy ahora en ninguna religión diferente a la del amor, pero valoro lo bueno de todas.
Veo todo lo bueno y lo negativo que hacen los predicadores, pero no los juzgo, entiendo su proceso.
Pido a Dios que todos seamos tolerantes y no nos creamos los santos o los buenos del paseo.
Pido a Dios que, si de verdad hay amor, no se excluya ni juzgue al de otro credo o a los que no tenemos credo. Dios es el mismo para todos sus hijos.
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