En un duelo es dañino esconder el llanto y es sano liberar emociones como rabia, tristeza, desespero y culpa.
La paz inunda tu alma si perdonas y dejas de culparte y culpar a otros. La culpa roba energías.
Los sabios aseguran que siempre se parte cuando es, ni antes ni después, según el plan trazado con Dios antes de venir.
Hay menos titubeos en la fe si crees en un Dios de amor y ves la muerte como un paso entre vidas.
Dios no te quita a los seres amados, cada ser parte el día escogido, según lo que vino a aprender y enseñar.
Al inicio de un duelo no conviene tomar decisiones radicales como cambiar de casa o de trabajo.
Un duelo se procesa con paciencia, calma, fe y amor. Busca ayuda y no te aísles.
Es sano hablar del difunto y también es un bálsamo para el alma hablar con él.
Entrega al ser amado sin apegos. Aferrarlo puede frenar su evolución espiritual y un apego paralizante te trae dolor. Lee mi libro Muerte un paso a la vida.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015