Héctor Palau
LA PATRIA | Bogotá
Las peleas en la Federación de Pesas vienen de tiempo atrás, y esto deja cosas muy lamentables.
Se afectan los deportistas y se afecta el país porque los resultados al final no son el reflejo del potencial real que tiene este deporte y, otra cosa peor, esas peleas han venido siendo solo por poder, por ansias de figuración.
Podríamos fácilmente remontarnos al 2.000, cuando María Isabel Urrutia nos dio la primera medalla de oro en los Juegos Olímpicos, con Gustavo Trujillo, presidente; con el profe Tulio Hernán Martínez, muy cerca del proceso.
Con la gloria olímpica de Sidney (Australia), las pesas se convierten en un deporte muy importante, veníamos de grandes títulos mundiales y se remataba el ciclo con el oro de la Negra Grande, María Isabel.
Tulio Hernán es nuevo presidente. Se inicia una lucha por convertir este deporte en una actividad mucho más masiva y más representativa. Nos volvemos dominadores del ciclo olímpico en su recorrido por Bolivarianos, Suramericanos, Centroamericanos y no nos faltan las medallas cada cuatro años en los Olímpicos de Atenas, Beijing y Londres con Mabel Mosquera, Diego Salazar y Oscar Figueroa, respectivamente.
En medio de este proceso, Tulio Hernán tiene que soportar una serie de andanadas de sus adversarios para arrebatarle la presidencia. Y lo logran con una maniobra poco elegante de la dirigencia antioqueña que contó con la complicidad del Coldeportes a cargo de Jairo Clopatofsky y entonces Fedepesas pasa a Antioquia.
Lo que se prometía como la resurrección de este deporte, se convierte en el peor fracaso dirigencial.
No pasan de defenderse de sus errores hasta que se declara la ilegalidad de la asamblea y, pese a los esfuerzos de otro grupo por apoderarse de la federación, llega un equipo de dirigentes encabezado por Ana Edurne Camacho, amplia conocedora del deporte y su entorno.
Pretende darle un nuevo aire, ordenar la casa, pero se ha encontrado con el bloqueo de la dirigencia paisa que nuevamente viéndose perdedora, involucra a sus deportistas ausentándose de las convocatorias de selección en Pereira y Cartagena sin argumentos validos en un claro bloqueo y sabotaje.
Son los mismos dirigentes que aún no entregan las cuentas de la Federación, los enseres, los mismos que dejan una Federación a punto de ser desafiliada internacionalmente, por una deuda con la agencia mundial antidopaje, y con un pasivo cercano a los 400 millones.
Ligero resumen para decir que llegó la hora en que los dirigentes en Coldeportes, Comité Olímpico y el Instituto de Deportes de Antioquia deben frenar este flaco favor que pretenden hacer los dirigentes de la Liga de Antioqui. No más por favor, un alto para que no se afecten los deportistas, para que no se arriesgue el resultado deportivo. Este es un deporte que puede dar más de una medalla en Río de Janeiro si se acaban los intereses particulares; dejemos trabajar a este nuevo grupo y démosles tiempo para que hagan su propio balance y sobre ese actuemos.
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