Mientras se dedica a hacer el empalme con su antecesor, el caucano Luis Genaro Muñoz Ortega, el entrante gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, el risaraldense Roberto Vélez Vallejo, sacará de su sombrero de mago la fórmula que le permita poner a comer en el mismo plato a los dos ejes: el de occidente, conformado por Caldas, Risaralda y Quindío, aupados por Antioquia, y el del sur, integrado por Huila, Cauca y Nariño.
La tarea del nuevo zar apunta a conseguir unos logros que son vitales para rescatar del atolladero a la industria madre: reconciliación y unidad del gremio cultivador y estrategias claras para volver a hacer de la caficultura un negocio rentable del que dependen 560 mil familias, a las que nunca se quiso sumar el ricachón don Pepe Sierra.
Las primeras palabras de Vélez, tras su elección como el undécimo gerente de la Federación: “Las tareas que tenemos por delante no dan espera. El cafetero espera que estemos todos los días y todo el día para trabajar por su bienestar. El cafetero será el centro de nuestro accionar”. Agradeció a todos los cafeteros por su respaldo y confianza al delegarle la responsabilidad de dirigir el gremio agrícola más importante de Colombia. Y el apoyo del Gobierno Nacional a la caficultura y a su papel de facilitador en el proceso de elección del nuevo Gerente General.
¡Qué buena noticia que el Eje Cafetero al que transformó en mariposa verde, en tiempo de bambuco, el poeta de la raza Luis Carlos González, vuelva a tener en sus manos las riendas de la Federación de cultivadores de la rubiácea!
De estos mismos contornos de los que es oriundo el debutante gerente de la institución salieron en el siglo pasado dos de los más históricos dirigentes que tuvo la industria madre: los manizaleños Manuel Mejía Jaramillo y Arturo Gómez Jaramillo, ¡almas benditas!
Ahora son once los colombianos que han pasado por la Federación en sus 88 años de existencia: Alfredo Cortázar Toledo (1927-1930). Enrique de Narváez Quijano (1930). Mariano Ospina Pérez (1930-1934). Camilo Sáenz Obregón (1934-1935). Alejandro López Restrepo (1935-1937). Manuel Mejía Jaramillo, (1937-1958). Arturo Gómez Jaramillo (1958-1982). Jorge Cárdenas Gutiérrez (1983-2002). Gabriel Silva Luján (2002-2009). Luis Genaro Muñoz (2002-2009). Y Roberto Vélez Vallejo (a partir del miércoles 12 de agosto de 2015, día de su elección).
El experimentado periodista pereirano William Giraldo Ceballos le da este enfoque al relevo en la entidad: Después de largos y desastrosos años en los cuales la Fedecafé estuvo en manos de “expertos” en otras cosas, el nuevo gerente general tiene por delante pesadas tareas, empezando por la del restablecimiento de la unidad gremial, la cultura y la economía cafeteras.
Nada fácil será recomponer el mapa cafetero con los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío y Santander en donde los “estímulos” para la diversificación en la producción incentivaron el abandono de la vocación productora del grano con espejismos como el turismo, para dejar ociosas las tierras y sin el trabajo ancestral a miles de campesinos.
Mientras Colombia abandonaba esa vocación, el nicho en el mercado internacional lo llenó Vietnam que produce café suave. La calidad de los suaves colombianos está definida por sus cultivos en las vertientes o laderas, hasta una altura máxima de los 1.600 metros sobre el nivel del mar. Una ventaja que en las manos del gerente Vélez Vallejo, puede repotenciarse con una asistencia técnica que reduzca el desbocado ánimo de lucro actual.
Difícil pero aprovechable tarea ante la coyuntura generada por la caída de los precios del petróleo.
La apostilla: ¿Será mucho pedir que en aras de la unidad cafetera que pregona el nuevo zar, llame a su equipo de inmediatos colaboradores, en la Federación, al huilense Luis Guillermo Vélez y a la caldense Adriana Mejía Cuartas, quienes resignaron su aspiración para darle paso a su elección?