El miércoles anterior al primero de mayo el ministro de Trabajo estaba fuera de su despacho. Estaba en Cali. Acompañando la firma de un acuerdo por medio del cual dos importantes firmas, una industria del plástico, bien conocida, Rimax, y otra también igualmente nombrada y que pertenece al ramo de los snacks, Yuppy, integraban a sus plantas de personal fijas algo más de mil personas. Hasta entonces, estaban vinculadas con esas empresas de forma temporal o tercerizada. Con ello, los empleados se hicieron a contratos de trabajo indefinidos y obtuvieron otros beneficios. Esta creo que fue la verdadera celebración del día del trabajo.
Este hecho coloca al país en una senda muy importante para su desarrollo equitativo, un empleo justo y digno para todos. Uno de los problemas laborales más grandes del país es la informalidad en el empleo. Acciones, como las refrendadas por Rimax y Yuppy, dan pasos en la dirección correcta: la calidad del empleo.
El desempleo se ha reducido y está por debajo del 10%, pero todavía nos falta mucho para reducir el desempleo a una tasa del 3 o 4%, que los economistas consideran como la cercana al pleno empleo y que responde a lo que ellos llaman el desempleo friccional, es decir, el desempleo inevitable por la rotación normal entre puestos y las esperas que hay para la absorción de las personas que ingresan al mercado laboral. Pero para que ello sea posible en un futuro y lo sea de una manera digna, hay que trabajar muy en serio en la disminución del empleo de baja calidad. Me refiero al empleo que no dura los 12 meses del año, el empleo que no tiene estabilidad, el empleo que no tiene beneficios por fuera de los mínimos legales. Empleo de calidad es muy importante para que exista en el país mayor equidad y movilidad social.
De otra parte, la calidad del empleo implica también asegurar la financiación de largo plazo de la seguridad social. Hoy por hoy esta seguridad no le está llegando a todos los que trabajan en el país, por ello, todo esfuerzo que implique una debida cotización a los fondos de pensiones, para la salud, etc, logrará impactar el largo plazo y con ello la estabilidad social del país. Y ello se ha visto en la creación de empleo en los últimos años que ha sido de 2 millones de plazas, solamente se ha hecho a través de empleo formal unos 1,2 millones. Para que Colombia pueda tener condiciones para una sociedad democrática plenamente, es necesario trabajar mucho más en serio en la dignificación del empleo en el país. El tejido social sobre el cual se pueda sostener de veras una democracia, requiere necesariamente de personas que trabajen en paz y se sientan bien vinculadas.
Hay, pues, que felicitar a estas empresas, y qué bueno sería que otras tantas del país asumieran de veras su responsabilidad de generar empleos de calidad.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015