El Congreso cafetero nombró por aclamación a su nuevo gerente general: Roberto Vélez. Luego de la integración de una terna más bien débil, los comités de cafeteros se fueron poniendo de acuerdo en ir desgranando la terna, hasta el punto de dejarla reducida a un solo nombre, que ganó el consenso de todos. Es un comienzo interesante para un gerente, pues llega con un aval amplísimo. La manera final de hacer la selección fue criticada, pero también tiene un mensaje importante para el gremio: Unidad.
La experiencia y conocimiento del gremio por parte de Vélez es significativo, en particular en la apertura de nuevos mercados internacionales. Le falta tal vez tocarse más de la realidad del caficultor. A él sí que le quedaría bien el compromiso que había hecho otro de los miembros de la terna que había anunciado que de ser elegido pasaría una semana al mes en las fincas cafeteras. Cuestión que parecía un poco de demagogia barata, al nuevo gerente no le caería mal, ¡le sentaría bastante bien!
¿Y cuál es la agenda más urgente del nuevo gerente? Primero que todo escuchar a la base del gremio, extender puentes con Dignidad Cafetera. En segundo lugar, sentarse a dialogar a fondo con Juan José Echavarría, quien fue el coordinador de la misión de café para analizar con mucha seriedad las propuestas y diagnósticos allí contenidos. En tercer lugar, impulsar la optimización operacional de la Federación Nacional de Cafeteros, es decir, hacerla más delgada administrativamente y ponerla a trabajar las 24 horas del día en favor de los caficultores, como lo anunció en su discurso de posesión. En efecto hay que limpiar un poco la Federación de tanta burocracia que dejaron las últimas administraciones. Hay problemas de cargos y de bajos perfiles en algunos de los funcionarios. En cuarto lugar, ganar en descentralización, no se trata solamente de minimizar la centralización, sino de ganar músculo gremial a través del empoderamiento de los comités departamentales y municipales, ahí creemos que está buena parte de la renovación que se debe iniciar. En quinto lugar, impulsar a Procafecol para una apertura de mercados financieros, incluyendo la entrada en bolsa, para financiar una mayor expansión, y ganando con ello también en transparencia. En sexto lugar, negociar el nuevo contrato de administración del Fondo Nacional de Café, que esperamos tenga desarrollos que impulsen la renovación de la institucionalidad. En séptimo lugar, impulsar el cambio de la contribución cafetera por una de esquema variable que permita el ahorro en vacas gordas y depender menos de la ayuda gubernamental en momentos de vacas flacas. ¡Hay ya, con esto, suficiente café qué seleccionar!
El gremio ha tomado un nuevo aire con la llegada del doctor Roberto Vélez, hay que darle el espacio y el tiempo para que comience su compleja tarea de renovar la institucionalidad cafetera, para que entre en una dinámica innovadora, eficiente y muy pertinente de cara a los caficultores.